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El conocer a alguien no significaba cualquier cosa. Pues para su plan, lo era todo ya que habían quedado en que buscarían a su verdadero amor. Una persona a la cual quieran dedicar su vida completa a su lado.
De esta forma esperaban terminar con el matrimonio arreglado.

La mujer, al escuchar aquello, simplemente asintió alejándose del sujeto.
Su principal propósito era dirigirse a donde se encontraban las demás personas, sin embargo, había tomado otro rumbo.
No sabía en dónde se encontraba, pero era una habitación llena de libros de todo tipo.

Sentía tanta frustración, que logró soltar un grito muy, muy agudo. De aquellos, en los cuales cualquier vidrio sensible podría desplomarse y romperse en miles de cachos.
La chica se tomó de sus cabellos, tirándose al suelo.

-No, no, no, ¡NO!. Dijo que... Ya ya tiene a alguien...-Hablaba la mujer en titubeos, dejando caer una que otra lágrima.

-¿Quién tiene a alguien?.-La mujer al saber que no estaba sola, se asustó. De tal manera que comenzó a limpiarse y ponerse de pie, fingiendo no saber nada ni haber dicho alguna palabra. De la misma manera en que permaneció en silencio.-Princesa Jung soy el sirviente privado del joven Kim, Ahn. Puede hablar conmigo. En el futuro les seguiré sirviendo. 

Dicho aquello, la mujer simplemente cruzó los brazos sin estar segura en lo que decía era cierto o no, Ya que si esta persona tenía como amo al príncipe. ¿Quién era aquella otra que había estado con ellos anteriormente?

-Princesa Jung. Usted está tramando algo con el joven Kim. ¿Cierto?.-El hombre habló dejando un libro en aquel enorme estante. Sin mirar a la señorita.

-Nada, no ha escuchado nada. ¿Podría ser amable en decirme en dónde se encuentra el sanitario? Me perdí buscándolo.-Habló fingiendo no estar nerviosa, ni asustada. Claramente había actuado a la perfección, sin embargo el hombre sólo soltó unas risitas y tomó un libro para dirigirse a la mujer.

-Estrategia.-permaneció unos segundos en silencio, teniendo su cuerpo frente a la mujer, sin levantar su mirada.-Estrategia es una palabra profunda. Ya que es algo que planeas para convertirlo en una cosa increíblemente grande, hanando el éxito absoluto y ustedes dos están recreando una para evitar el matrimonio. ¿Es cierto?

La chica al escuchar todo aquello, quedó asombrada mirando al hombre, tenía un brillo en sus ojos. Su plan estaba decayendo.

-Lo sospeché, últimamente el príncipe Kim ha estado distraído en sus lecciones, de la misma manera en que ha estado muy distante a mí siendo yo la única persona que tiene en su vida.

DaSol estaba realmente sorprendida. Ese hombre era bastante inteligente, debía de sacar una excusa o una mentira verdaderamente creíble.

-Él...él debe estar muy ocupado pensando en el tema de la boda. Porque, realmente yo lo estoy también. ¿Qué ropas usaré? ¿Me veré linda ese día? ¿Tendré algún broche especial que esté sujetando mi cabello? Es difícil no pensar en un matrimonio.

-Si fuera así. El joven Kim no haría preguntas extrañas.-Aquel hombre comenzó a caminar mirando aquellos libros.-Todos estos libros los leyó el rey y él mismo autorizó que estuvieran en el castillo real. Todo el conocimiento de YoungJo está aquí sin embargo, ha tocado temas delicados últimamente. Temas en los cuales no está escrito aquí.

-¿Qué temas le ha comentado?

El hombre alzó una ceja y sacó un libro de zoología. Abriéndolo en cualquier página al azar.
Sorprendentemente había un cani lopus en esa hoja.

-¿Lobos?.-Preguntó confusa la mujer. Al ver al animal pintado en el libro.

-¿De verdad no conoces lo que quiero decirte? ¿Acaso está prohibido en tu pueblo también?

-No comprendo señor Ahn. Por lo cual le pido una disculpa.

-¿Has leído historias de horror ficticio?.-La mujer negó, ya que ella muy asustadiza y cualquier cosa le podía causar algún miedo.-Existen hombres lobos diambular por el bosque. De día son unos y de noche otro son dos especies en un solo cuerpo. ¿Es eso posible? Lo es. ¿Ahora entiendes a lo que me refiero?

-Creo que... He escuchado un poco sobre eso.-Preguntó, pues no sabía si su respuesta era correcta o no.

-¿Cuáles son sus planes entre tú y el joven Kim? Descuida. Soy buen consejero y no diré nada.

-Yo....

-Habla, con confianza.

-Yo, no sé qué cosas le ha dicho el príncipe Kim. Pero créame que tiene la cabeza en los cielos con el asunto de la boda.-Ella observó y notó que el sujeto no estaba del todo convencido, por lo que siguió hablando.-Mi animal favorito son los canes. Entonces, le dije al príncipe Kim que quería una pequeña manada. Soy amantes de los animales. Tal vez y él esté preparando una sorpresa para mí y por eso se ha comportado extraño.

-¿Estás diciendo que tu, de verdad quieres casarte con él?.-La chica recordó lo que le había dicho anteriormente al príncipe.

-Te propongo un trato.

-Soy todo oídos.

-Hablaré de esto con mis padres. Tal vez y quieran presentarme a otros príncipes. En caso de que ellos no acepten, haremos lo posible para retrasar el matrimonio. Hasta que realmente estemos totalmente de acuerdo. Ya sabes... Enamorados, uno con el otro. Te enviaré un recado con la respuesta de mis padres.

YoungJo simplemente lo pensó por unos segundos.

-Te refieres a que si ellos se niegan, darnos un tiempo de conocernos, ¿tu y yo?

Aquel había sido su plan desde un inicio, pero al pasar algunos días con él príncipe y mantenerse en contacto, con aquellas cartas, le había hecho cambiar de opinión.
Incluso le había parecido bastante atractivo. Sentía que comenzaba a enamorarse de aquel y estaba convencida de que no lograría conocer a alguien más.

Sin embargo, YoungJo había dicho que al fin había conocido a alguien. Lo cual le dejó preocupada.

¿Qué pasaría si al final DaSol no termina con el príncipe Kim?, ambos reinos quedarían mal. Tal vez se harían enemigos.
También, cabe la posibilidad de que obliguen a la chica tomar matrimonio con cualquier otro gobernante o incluso duque.
El problema era la diferencia de edad, a la joven le aterra el imaginarse a ella con un hombre de la misma edad que su padre.

No eran celos, era temor lo que sentía.
Esa era la causa de su frustración al enterarse que el príncipe le había dicho aquello.
En caso de que ella tuviera la oportunidad de conocer a alguien más, de su edad, o unos pocos años de diferencia, ella aceptaría desunir las familias Kim y Jung.

-Escuche princesa Jung. Si ve o nota al príncipe Kim anormal. Hágamelo saber, de esta misma forma en que enviaré un mensajero para informarle si el joven está interrumpiendo con su matrimonio.

La mujer aceptó, con movimientos en su cabeza para después ver cómo el hombre salía del sitio, dándole una reverencia y después pronunciar sus últimas palabras.

-El sanitario está al final del pasillo.

La mujer agradeció y soltó un suspiro, una vez que estuviera sola. Ahora debía de tener más cuidado en ocultar sus emociones y en expresarlas.

El Príncipe Y El Anhterio (RAVNWOONG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora