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Al despertar y ver la luz de un nuevo, día. Salió de su recámara dejando una nota en su puerta
"No entrar". De la misma forma que dejó su habitación llena de notas para aquel chico que se quedaría. Tales como:

"Come, está frío, no podrás calentarlo"

"No hagas ruido"

"No uses mi ropa"

"No toques, ni rompas nada"

"Saldré y no sé a qué hora vuelva. Trata de sobrevivir"

Y una nota de como tomar un baño y cómo usar el escusado.

Una vez que se colocó el príncipe en su caballo e impartieron la cabalgata hacia el bosque. YoungJo iba lejos de los demás. Con el señor Ahn a su lado.

-Señor Ahn. ¿Conoce a los antherios?.-El mencionado abrió enormemente los ojos al escuchar el susurro del príncipe, al que acompañaba.

-Son de un cuento de hadas.  Fantasía. Ya sabes, no existen.

-Existen.

-¿Cómo garantizas su existencia? Espera... ¿Quién te ha mencionado aquella palabra?

-¿Qué palabra?

-Antherio, jamás te la he mencionado. Prácticamente está prohibida. ¿De dónde la oíste?

-Señor Ahn. Responda mis preguntas. No me haga más cuestiones usted.

-No responderé.

-Por favor Se lo suplico. Le aumentaré el sueldo cuando sea rey, si me lo dice.

-No niño, continúa y no se te ocurra preguntarle a tu padre, estarías cavando tu tumba.

Dicho aquello, el señor Ahn provocó que su caballo galopara más rápido y avanzará adelante del chico.

Sus lecciones habían comenzado y el joven príncipe, se encontraba algo aterrorizado, acerca de volver a cazar algún otro indefenso.

A diferencia de la vez anterior, ahora no había ningún espectador. Los únicos presentes eran, el rey, el tutor Ahn y el instructor.
No había nadie quien le dijera algo, o le molestara por lo cual debía de estar demasiado enfocado en su deber.

-Codo arriba.-Habló el instructor en tono seco.-No tiembles.-Aquel hombre se sentía bastante decepcionado. Ya que anteriormente, YoungJo había sido su mejor alumno, durante toda su vida como profesor en caza.

-¿Qué le pasa a ese chico?.-Susurró su padre al señor Ahn.

-Está distraído, de seguro tiene algo que le preocupa. Debería hablar con él.

-Adelante.-Aceptó aquel rey, para después levantar la voz, con la finalidad que el instructor le escuchase y permitiera que el joven hablara con su tutor.

El señor Ahn se acercó al príncipe y le susurró en el oído que le siguiera.
Ambos partieron una caminata, no muy lejana de donde estaban.
A pesar de que estaban algo retirados, no hablaban en voz alta. Tendrían una conversación que al rey le molestaría escuchar, por lo cual, optaron por permanecer su charla en murmullos.

-Su padre se encuentra preocupado. Eres bueno en esto, lo has demostrado en el castillo pero ahora, parece que lo haces intencionalmente.

-Usted sabe lo que me ocurre señor Ahn.

-¿Sigues queriendo una respuesta a tu pregunta, cierto?.-El joven simplemente asintió con movimientos de cabeza.-De acuerdo, seré breve.-Nervioso se encontraba, aquel hombre porque un suspiro le había delatado.

El Príncipe Y El Anhterio (RAVNWOONG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora