34

86 17 2
                                    

El sonido de unos golpes estrondosos a una puerta de madera se habían escuchado.
Por lo cual, una mujer la abrió. Encontrándose con una sorpresa que nunca se imaginó que fuera a suceder.

-Señora Park. Su familiar estaba deambulando en nuestras instalaciones reales.

Habló un hombre grande, teniendo esposado al chico Hwan.
Aquel muchacho, no conocía a la mujer. Solamente mencionó aquel apellido porque era común entre varios habitantes y lo había escuchado en alguna parte.

La mujer no mencionó nada y sólo observó como le retiraban las esposas a aquel chico. Una vez el acto se cometió, el hombre alto y corpulento. se retiró.
Aquella levantó una ceja analizando de pies a cabeza al chico que le habían entregado.

-¿HwanWoong?

El mencionado levantó la mirada observando a la mujer, aquella no le demostró ninguna sonrisa ni gesto amable.
Hizo todo lo contrario, tomó aquel uslero con el cual amasaba masa o harina y lo levantó de forma amenazante, por lo que el chico sin conocer la casa, comenzó a correr huyendo de la señora que le seguía.

-¿¡En dónde estabas?! ¡Tenías preocupado a todos aquí! Por tu culpa mi pobre GeonHak está perdido.-Mencionaba histérica siguiéndole.

-¡Mamá, ya llegué!.-Gritó una mujer entrando a su hogar completamente sola, ya que los dos chicos que le habían acompañado se habían ido juntos a dar un paseo.

JiEun al percatarse que nadie había ido a recibirla, se dirigió a la habitación de su madre pero no la encontró ahí, lo  cual le pareció extraño.
Hasta que unos gritos le hicieron ponerse de alerta y correr a la puerta cerca de la cocina. Aquella, te llevaba al patio trasero, en donde observó a su madre con aquel rodillo de cocina golpear unos fierros mientras Gritaba "¡Sal de ahí conejito!" .
Dicho aquel nombre del animalito, JiEun se acercó a ella retirandole aquel objeto.

-¿Qué haces?

-¡Trato de darle una lección a ese sujeto!

-¿Sujeto? Mamá, es un conejo. Espera... ¿No me digas que es uno de...? ¡¿SeoHo?!

-¡No!, es ese idiota de HwanWoong.

-¿HwanWoong? ¡HWANWOONG! Por tu culpa GeonHak no aparece. ¡Atrápalo mamá!. ¡Tu puedes!.-Gritaba la chica dándole ánimos.

Duraron unos cinco minutos en el patio trasero, tratando de capturar al pequeño, en cuanto, un balde de lámina se colocó sobre el peludo.

-¡Lo tengo!.-Gritaba contenta la joven.

-Bien, esta noche lo iré a llevar a su pueblo. Llévalo a la casa.-Mencionaba cansada la mujer mayor y una vez dentro de su hogar, se dirigió a su habitación.

La chica asintió y obedeció llevando al pequeño entre sus manos dentro de la casa. En donde tomó una zanahoria y se lo acercó para que comiera.
Aquel blanco, no dudó en masticarlo, pues ese había sido su primera comida del día.

JiEun comenzaba a aburrirse mirándolo comer, por lo que silenciosamente se dirigió a la recámara de su madre, viendo que ella se encontraba acostada sobre su cama. Tal vez estaba cansada de seguir al chico y decidió tomar una siesta, por lo que, con una enorme sonrisa tomó al conejito y lo encerró en la habitación de la joven.

-¡Quiero verte! ¡Por favor, transformarte!. Por favor, tu secreto estará a salvo con nosotros. Mamá es una de los tuyos, y GeonHak es...

-Sé quien es.

La chica al escuchar una segunda voz dio unos cuantos saltos alegre de que aquel se haya transformado en su forma humana.
JiEun tomó las ropas del sujeto y se las extendió cubriéndose los ojos, para que él chico logrará vestirse.
Al estar listo, aquel salió con las prendas en su cuerpo observando la puerta, mientras planeaba una estrategia para poder salir de ahí.

Justo en ese momento, un chico peli negro entró. Lo primero que vio, fue a aquella persona que tanto buscaba, JiEun al verlo, no dudó en ir a abrazarlo.

-¿En dónde has estado? ¡Me tenías asustada!.-Dicho aquello, le dio un pequeño golpe en la frente del más alto. Pero este seguía estático mirando al sujeto que estaba parado en la habitación de la joven.

-HwanWoong.... ¡Hwanwoong!.-Gritó por último acercándose al chico y analizarlo, revisando que no tuviera alguna herida. Y sí la tenía, un pequeño hematoma en su brazo.-¿Estás bien? ¿En dónde estabas? Todo el reino te está buscando. ¿Te encuentras bien?

-Si, si, si estoy bien, una señora me golpeó con un uslero de madera, pero estoy bien.

-¿Te golpeó?

-Mi madre.-Respondió la joven a la pregunta del peli negro.

-¿¡y tu le ayudaste no?! ¡Anda JiEun, trae un ungüento para ponerle!.

-Tssk. No, ve tú.-Dicho aquello, la joven se encerró en su recámara.

-Es un poco rara en veces, descuida te sanaré.-Mencionaba preocupado el mayor buscando entre el montón de frasco que había.

-Geon... Estoy bien.

-Mentira.-Respondió al instante, dándose vuelta y acercarse al chico. Tomándole del mentón le levantó la mirada.-Tu no estás bien. Te conozco desde años atrás, se que algo tienes. Déjame saberlo, quiero ayudar.

HwanWoong no soportó más y tal cual un globo de agua se rompe. Aquel chico explotó lágrimas de sus ojos. Abrazándose de aquel que le brindaba ayuda.

-Él... Él, mmm...me dijo que...-Balbuceaba de una manera en la que nada se le comprendía.

Así que GeonHak le limpió las lágrimas y juntos se dirigieron al patio trasero, en donde tomaron asiento sobre un enorme tronco de algún árbol que fue cortado y continuaron abrazados.
Yeo no pronunciaba palabra alguna, solo lloraba, sintiendo palamaditas en su espalda.
Hasta que poco a poco comenzaba a sentirse mejor y solo sollozaba más aliviado.

-Ahora dime... ¿Por qué lloras?.-Susurraba queriendo hacer de un ambiente más tranquilo. Pero aquello, sólo le hizo recordar a su príncipe que también le susurraba.

-El me dijo que...-No aclaraba correctamente sus pensamientos y se calló por unos segundos, para después responder bajando la mirada.-Nada, ya me encuentro mejor que antes. ¿Puedes llevarme de vuelta a mi reino?

-Claro, iremos esta noche.

-Aún falta mucho. Pero te lo agradezco.-Entendió que debían de ir de noche ya que de esta forma nadie les podría ver cruzar la frontera.

-SeoHo y Jjangu han estado preguntando por ti.

-¿Jjangu? No lo conozco.

-Es ese chico que quiere quitarte tu trono.

-Ah... Eso, yo creo que él debería tomarlo. Es más listo que yo, servirá mejor.

-¿Qué dices? ¡No! Él es un novato, tu has vivido toda tu vida en el palacio, sabes como funciona el sistema.

-¿Qué cosa he hecho para merecerme esa vida?

El mayor al escuchar aquella pregunta, no dudó en colocar sus dos manos sobre los hombros del menor y mirarle directamente a los ojos.

-Estás aquí. En la tierra de los humanos, en donde ninguno de nosotros debe estar. Tu, eres el hijo del rey. Por lo cual, si dices que veniste aquí para ver como funcionaba el mundo de los humanos para saber de qué manera gobernar correctamente tu pueblo. Obtendrás puntos si dices que aprendiste cosas malas de aquí.

HwanWoong al escucharlo asintió dudoso, era buena idea decir aquello para obtener su puesto.

-Hwan... Desde que te vi por primera vez en un establo, transformado por un conejo blanco, entendí que mi deber era estar junto a ti, pase lo que pase. Porque... Me gustas.

El Príncipe Y El Anhterio (RAVNWOONG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora