El Príncipe Y El Anhterio (RAVNWOONG)

03

2 de septiembre.

El festejo del príncipe estaba en pie. Muchos servidores a la realeza se habían presentado trayendo algunos obsequios para el niño.
Ningún reino vecino había llegado, pues no estaban invitados, solamente se trataba de aquellos trabajadores.

El señor Ahn. Venía cabizbajo del pueblo. Le sorprendía ver que en aquel sitio, no conocían al príncipe, no sabían su fecha de natalicio. Lo cual le entristeció pues al parecer aquel niño no era nadie.

-¡Señor Ahn! ¡Es mi cumpleaños!.-Gritó contento el menor lanzándose hacia el hombre que llegaba con enormes obsequios.

-Felicidades, querido príncipe.

-¿Eso es para mí?.-En realidad, no había recibido tantos regalos por lo cual estaba sorprendido.

-En efecto. Todo mi sueldo de este mes lo invertí en tus regalos. Espero y les saques gran provecho.

-Espero y no sea un ave. Como el año pasado. Tenía que mantener encerrado mi jilguero,solo para estudiarlo. Pobrecito, que bueno que lo dejé libre abriendo su jaula.

-Descuida joven Kim. Descubrí que no te gustan las aves paseriformes, pero estoy seguro de que amarás tu obsequio.

El menor asintió y agradeció. Pidiendo que le llevarán todos sus regalos a su recámara,para que pudiera abrirlos en cualquier momento.

Se dirigió contento a la cocina, en donde encontró al chef real, que se encontraba preparando la comida del gran festín.
Divirtiéndose un poco comenzó a degustar de lo que preparaban. El chef simplemente disfrutaba la compañía del niño, pero no mostraba interés en la cocina,solo  quería comer.

Seguido de eso, se dirigió en búsqueda de las chicas de limpieza, Quienes le felicitaron y le dieron un humilde obsequio.
Pues habían dicho que entre ellas habían creado aquel peluche. Tenía la forma de un humano, Era él.
A decir verdad a YoungJo le encantó. Pues había sido su primer juguete. Y a pesar de que estaban prohibidos. (porque perturbaría la mente del niño y lo llenaría de fantasías inútiles e inexistentes... Decía el rey). Aquel príncipe lo usaría para dormir.

Caminó contento a su habitación decidido en abrir aquel obsequio que le fue entregado por su educador, sin embargo al llegar encontró una ventana frente a su cama.
En realidad sí era pequeña, pero ver la luz natural entrar a su habitación le había gustado.
Observó a sus padres que se encontraban ahí mismo y decidió agradecerles con un abrazo.

-Feliz cumpleaños mi cielo.-El menor agradeció a su madre, dándole un beso en su mejilla. Para después mirar a su padre, que estaba en silencio.

-Seis años... Sigue creciendo ¿de acuerdo?.

-¡Sí! ¡Seré tan alto como papá!.-El rey cada dos de septiembre temía, pues cabía la posibilidad de que en esa fecha, los vecinos antherios vinieran a atacar.

Su padre sólo dio unas leves palmaditas en su hombro y se marchó en silencio.

La mujer miró a su hijo y se disculpó con él. Seguido de ello, comenzó el pequeño a abrir sus obsequios, enloqueciendo al ver las acuarelas y pinceles de pelo de camello que le había dado el señor Ahn, así mismo diferentes tipos de papeles para sus obras, supuso que eran varias para ver cada diferente tipo de técnica y ver cual corresponde a cada tipo de dibujo.

Ansioso quería comenzar, sin embargo su madre no se lo permitió, pues la hora de la comida había llegado.

Todos los trabajadores reunidos se encontraban en la enorme mesa, que usualmente estaba vacía. Cada uno tomaba asiento y comenzaron con la comida.
Desafortunadamente YoungJo era el único niño.
Todos eran adulto y cada uno hablaba de diferente tema por lo que  se aburría.