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KeonHee se encontraba nervioso dirigiéndose hacia la torre en donde la mujer estaba presa.
Aquel chico, había terminado de hablar con las reinas y estas de verdad se habían sorprendido al escuchar la noticia, una estaba de acuerdo en iniciar la guerra, mientras la otra se negaba. Por lo cual ninguna de las dos se pusieron de acuerdo para avisarles a los reyes y simplemente tomaron caminos separados.

Mientras bajaba por las escaleras tan oscuras, usaba una antorcha que le ayudaba a ver en la oscuridad y es que, había decidido ir en la noche para no ser visto por alguien más en plena luz del día.

Discretamente logró llegar hacia  donde estaba la mujer y le saludó amablemente sacándola de aquel sitio.

-Descuide, su hija está a salvo.

-Gracias.

-Por cierto... Puedo preguntar, ¿quién la arrestó?.-La mujer no había alcanzado a contestar, pues después de agradecer volvió a su forma animal, convirtiéndose en aquel ave negro y huir volando lejos de ahí. Por lo cual, Keon debía también de escapar antes de que levantaran sospechas de que aquel, había liberado a la prisionera sin el consentimiento real.

Corrió saliendo de ahí, sin darse cuenta, chocó con una persona, provocando que ambos cayeran al suelo.

-Lo siento.-Esa voz...

-¡Princesa Jung! ¿Es usted?.-La mujer asintió nerviosa, ya que sabía que era mala idea encontrarse a un trabajador a esas horas de la noche en tal lugar.-Princesa Jung. Permitame ayudarle, conozco la situación e incluso me he enamorado de un bello ser que pertenece al enemigo.

-Este no es un buen sitio para hablar.-Susurró la chica.

Ambos se adentraron al castillo, pero no había ningún sitio en donde podían hablar tranquilamente, pues era mal visto si la princesa se encontraba con un hombre (que no fuera su marido) a esas horas de la noche. Por lo cual ambos tuvieron que esperar al día siguiente para poder hablar, en donde ambos se confesaron sus planes y todo lo que habían hecho.

-¡Hija! ¡Hija! Me alegra mucho que estés bien. ¿Y el joven Kim?

-¡Mamá!.-La pelinegra al ver a su madre rápido se lanzó en abrazarla.  Sin contestar aquella pregunta.-Mamá... Tengo una confesión que hacerte y una pregunta.

-Lo sé, no querías casarte con el príncipe Kim, lo entiendo.

-¿y? ¿Estás de acuerdo?

-Sí, he tenido una discusión con su madre, así que, tienen mi consentimiento para el divorcio, inventen alguna excusa y vámonos de este reino.

-Mamá... ¿Quién era SiAh?.-La adulta al escuchar ese nombre se quedó en silencio para después negar.-Descuida, puedes decirme que era tu amiga perteneciente a otra especie.

-¿Cómo lo sabes?

-La conocí hace poco, ella me vio y dijo que yo soy el mismo retrato tuyo cuando eras joven e incluso me contó su historia del cómo se separaron.

-Me casé con tu padre.

-Fuiste obligada, igual que yo, así que tu sabes cómo me siento con eso ¿te hace feliz ver que sigo tus pasos?

-Tienes razón. Debes ser feliz con quien tu quieras, hablaré con tu padre acerca del divorcio y hay algo que tengo que decirte, la reina Kim planea hablar con el rey para organizar un segundo ataque al otro reino. Encuentra al príncipe y haz que evite todo.

La mujer besó la frente de su hija y se retiró cumpliendo con su palabra.
KeonHee había observado todo desde lejos quedando sorprendido al escuchar lo de la reina, pues no sabía aquello.

El Príncipe Y El Anhterio (RAVNWOONG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora