Capítulo 2

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El día que toda la nación esperaba con ansias había llegado, la misión para obtener al Titán Fundador estaba por iniciar, faltaban un par de horas para que el barco zarpara con rumbo a la Isla Paradis, ese sería su destino

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El día que toda la nación esperaba con ansias había llegado, la misión para obtener al Titán Fundador estaba por iniciar, faltaban un par de horas para que el barco zarpara con rumbo a la Isla Paradis, ese sería su destino.

Las calles eran un caos, la gente no paraba de gritar y aplaudir pues la carreta con los cuatro guerreros que irían a la misión estaba pasando.
Sobre ella se encontraban Bertolt, Annie, Reiner y Marcel, que estaban fascinados al recibir toda la atención que la gente les proporcionaba.

Por su parte, una pequeña rubia los observaba de lejos, el día que tanto temía estaba transcurriendo y aunque pasó días enteros mentalizándose para ese momento, aún era difícil.

—¿Estás bien? —preguntó alguien que se encontraba junto a ella, ni siquiera había notado su presencia pero este la tranquilizaba por arte de magia, era su mejor amigo quien estaba ahí.

—Si, sólo es que no estoy lista para despedirme —confesó con tristeza, su amigo colocó una mano en su hombro como señal del apoyo, entendía cómo se estaba sintiendo— Tú debes estar paseando por lo mismo, separarte de Marcel no es fácil, ¿verdad?

—No, después de todo es mi hermano, he convivido con él toda mi vida y de un día para otro deja de ser así —dijo Porco, soltando un largo suspiro de cansancio, aceptarlo hería su orgullo, pero era lo menos que le importaba en ese instante— Además te irás tú.

—Quería quedarme contigo, seríamos dos los tontos que no recibieron un titán cambiante —habló Lynna con tristeza, se notaba a leguas que esa situación la sobrepasaba, el miedo se apoderaba de ella y no podía evitarlo.

Como impulso de ese sentimiento tan doloroso, simplemente abrazó a ese muchacho de cabellos castaños, esa sería la última vez que estarían juntos ya que terminando el desfile Lynna debía ir directamente hacia el barco, aquella era la última vez que vería y hablaría con Porco Galliard.

—Hagamos un trato —habló Porco de forma repentina, pero su voz fue tan firme que sorprendió a la rubia, quien le miró con notoria curiosidad— Voy a cuidar de tus hermanos aquí, y tú cuidarás del mío allá, ¿te parece bien?

Una hermosa y muy brillante sonrisa adornó el rostro de Lynna, sabía que podía confiar en que él cuidaría de Colt y Falco, jamás la decepcionaría.
Sin dudarlo ni un segundo volvió a abrazarlo con fuerza, soltando una risita ante su propia acción, el hecho de que Porco le dijera aquello hizo su día un poco menos miserable.

—¡S-Suéltame, tonta! —murmuró el muchacho con nervios, pero no puso impedimento al abrazo de Lynna sino al contrario, la estrechó en sus brazos sabiendo que esa sería la última vez que lo haría, luego debía dejarla ir.

Sus sentimientos estaban más claros que nunca, Lynna fue el primer amor de Porco y ese puesto nadie más lo ocuparía, pese a ser tan joven sabía que su corazón le pertenecería a esa hermosa rubia por el resto de su vida.

Shock; Armin ArlertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora