Capítulo 44

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Llegaron al atardecer, justamente en la hermosa y anaranjada puesta del sol

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Llegaron al atardecer, justamente en la hermosa y anaranjada puesta del sol.
Ahí los esperaban la comandante Hange, el capitán Levi que se encontraba aún malherido, el general Magath, Pieck transformada en titán, Onyankopon, Yelena y Gabi; e inconsciente en el suelo se encontraba Reiner, que desde la caída de las murallas no despertaba.

Al llegar, inmediatamente Falco saltó de la carreta y fue corriendo hacia Gabi para darle el más grande abrazo de su vida.
Mientras los demás de la legión se quedaron apartados, Lynna y Annie se acercaron (aunque a regañadientes) hasta sus compañeros de Marley.

—Leonhart, sinceramente no espera volver a verte... —dijo el general Magath con indiferencia— A tí si, Lynna, Pieck vió lo que pasó contigo y Porco, me imaginaba que aparecerías por aquí. Debe ser difícil perder a tu prometido de esa forma.

—Si... —respondió Lynna, y de inmediato miró de reojo a donde estaba Armin, que desvió su mirada con tristeza. Aún se sentía muy por debajo del nivel de Porco.

—No pensé que fueran a aceptar venir y colaborar en esto, pero de verdad me alegro mucho de verlos —dijo Onyankopon con una pequeña sonrisa.

—Bueno, ¡ahora que estamos completos creo que sería bueno llenar nuestros estómagos! —exclamó Hange— Sasha, ven a ayudarme, pero no te comas nada.

—Voy a despertar a Reiner, tengo muchas ganas de hablar con él —dijo Lynna.

La muchacha se acercó con paso tímido hasta Reiner, que estaba profundamente dormido y cubierto con una tela.
Se arrodilló junto a él en el pasto, y agitó con poca fuerza sus hombros; pero él parecía querer dormir toda su vida, porque no daba señal de despertar.

Fue hasta que, violentamente, Jean se hartó y le dió una fuerte patada en el estómago, haciéndolo reaccionar.

—¡Jean! —regañó Lynna, dándole un golpe en las piernas para indicarle que retrocediera.

—Pero funcionó, ¿no? —dijo el joven alto de cabello castaño— Cuestiona mis métodos pero jamás mis resultados.

—¿Eh...? —susurró Reiner, que estaba aún con la vista borrosa y perdida; pero poco a poco fue enfocando su mirada y se encontró frente a él a Lynna, y atrás de ella al resto de la legión y también de los de Marley— ¡¿Qué está pasando?!

—¡Reiner! —en cuanto él se sentó, Lynna se lanzó a él para abrazarlo con todas sus fuerzas, comenzando a llorar— ¡Estoy tan feliz de que hayas sobrevivido y estés bien!

—Lynna, cuánto... —Reiner soltó un par de lágrimas, y correspondió de inmediato al abrazo— Cuánto tiempo sin vernos así, frente a frente. Ya tres años.

Nunca antes le había pasado, pero todo ese día Armin se sintió muy celoso.
Comprendía que la situación de su novia no era fácil, que alguien a quien amó se sacrificó por ella y además se había reencontrado con sus hermanos y antiguos compañeros de Marley.
Aún así, una parte de él estaba celoso, pues se acostumbró a su total atención.

Shock; Armin ArlertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora