Capítulo 21

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No era prudente actuar por su cuenta pero debía asegurar la posición de Eren Jaeger, si lo perdía de vista y este no volvía a aparecer sería un gran problema

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No era prudente actuar por su cuenta pero debía asegurar la posición de Eren Jaeger, si lo perdía de vista y este no volvía a aparecer sería un gran problema. Lo tenía justo detrás, sólo debía inmovilizarlo hasta que Reiner subiera la Muralla María, ni siquiera tendría que lastimarlo.

Con ese plan en mente sacó a toda velocidad sus cuchillas, se giró y las colocó en el cuello de la persona que estaba detrás de ella, juraba se trataba de Eren, su antiguo mejor amigo.

Pero teniendo el rostro a centímetros del suyo, aún cubierto por la capucha, reconoció que no se trataba de Eren sino de Armin Arlert.

—¡¿A-Armin?! —exclamó Lynna con total sorpresa, bajando totalmente la guardia; esperaba encontrarse con cualquier persona menos con él.

—¡¿L-Lynna?! —y Armin estaba igual de sorprendido, sabiendo que Lynna no poseía ningún poder titánico para pelear, no esperaba encontrarla ahí.

La muchacha inconscientemente dejó caer las cuchillas al suelo, y retrocedió lo más rápido posible para alejarse de Armin. No quería hacerle daño.

Sin embargo bajar la guardia fue lo peor que pudo hacer, porque con un muy agudo dolor en el abdomen se dió cuenta que la habían atravesado con una cuchilla.
Había sido Mikasa Ackerman, que por el instinto de proteger a Eren tanto como a Armin, atacó a matar.

El dolor era indescriptible, sentía que en cualquier momento moriría.
La sangre no paraba de salir, y por dentro el dolor se extendía por cada célula de cada órgano dañado, así como del músculo desgarrado.

No soportó de pie más que un par de segundos, entonces colapsó y cayó de rodillas contra el suelo de la muralla.

—¡LYNNA! —gritó Armin, y no pudo evitar correr hacia ella en cuanto cayó en cuenta que su vida peligraba.

—¡No te le acerques! —le dijo Mikasa, que seguía alerta de que apareciera otro enemigo, pero el rubio la ignoró.

—A-Armin... —musitó Lynna una vez que el dolor le permitió hablar.

—E-Estarás bien... —habló Armin, y las lágrimas empezaron a bajar por sus mejillas sin control alguno.

—E-Estoy a-aquí p-porque q-quería v-verte... —le dijo la rubia con una pequeña sonrisa, sintiendo también las lágrimas acumularse en sus ojos.
Acarició gentilmente la mejilla de Armin, pero la manchó con su sangre.

Cada minuto que pasaba era más la cantidad de sangre que perdía, y por más que Armin intentaba hacerle presión a la herida, sus manos no paraban de temblar por el miedo.
Tenía miedo de perderla.

Por órdenes del comandante Erwin Smith los soldados fueron a acabar con el Titán Acorazado, haciendo que Eren se transformara antes de que él pudiera subir por la muralla.
Quién sabe cómo reaccionaría Reiner al ver que Lynna estaba herida, pero posiblemente sería aún más agresivo.

Shock; Armin ArlertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora