Capítulo 33

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Los meses continuaban pasando y el desarrollo de la Isla Paradis avanzaba cada vez más, pues finalmente tanto los marleyanos y los isleños aprendieron a convivir y considerarse como iguales

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Los meses continuaban pasando y el desarrollo de la Isla Paradis avanzaba cada vez más, pues finalmente tanto los marleyanos y los isleños aprendieron a convivir y considerarse como iguales.
Los proyectos de construcción del puerto y del tren estaban terminados ya, las armas habían avanzado más y la legión había aprendido a manejar maquinaria moderna en todos los sentidos.

Ya se había cumplido un año desde que Lynna había regresado a la isla, y la única verdad era que no se arrepentía.
Como siempre, extrañaba a su familia y sus amigos, pero su madurez ahora le permitía disfrutar de la relación plena que llevaba de nuevo con Armin, y también de las amistades que retomó con la Legión de Reconocimiento.

Ahora que todo estaba listo, parecía el momento perfecto para pasar a la otra fase del plan, aquella que en conjunto con la reina Historia habían estado preparando con tanta anticipación.

—La reina nos ha dado la orden de ir a Marley para negociar un acuerdo que evite la guerra, serán los Azumabito quienes nos cubrirán en la infiltración, así podremos averiguar la posición militar que tienen ellos —explicó Hange.

—¡¿Viajar al extranjero?! —preguntó Connie emocionado— No puedo creer que cruzaremos el mar y llegaremos a tierras desconocidas por primera vez.

—No creí volver a Marley nunca más, así como no creí volver aquí jamás —dijo Lynna cabizbaja, y es que era verdad, amaba tanto ambos lugares pero era incierto si se quedaría en uno y otro, al final algo siempre la hacía regresar.

—Si no te sientes lista para ir, puedes quedarte, amor... —habló Armin comprensivo, tomando cuidadosamente la mano de su novia— Pienso que puede ser peligroso si alguien te reconoce, tal vez sea lo mejor para tí.

—No, está bien... —suspiró ella— Vamos a regresar aquí después de hacer lo que debemos, mientras yo no me acerque a Liberio no debería tener problemas.

Quería volver a Liberio, una parte de ella extrañaba aquella vida. Pero, ¿cómo reaccionaría su familia o los guerreros después de ver que sigue con vida?
Le harían mil cuestionamientos y tendría que delatar a Zeke, lo que le costaría la vida a ella y a sus seres queridos.
Era mejor mantenerse alejada de los problemas y dejar las cosas así, después de todo no estaba llevando una mala vida.

El plan consistía en pasar tres meses en Marley, viviendo junto al clan Azumabito que los mantendría infiltrados y viendo si es posible llegar a un acuerdo o llevar una negociación hacia la paz.
La guerra no tenía que ser inminente, si alguien podía cambiar el destino de la Isla Paradis, era la legión.

En ese momento, sintió unos brazos rodeando su cintura y abrazándola por la espalda con mucho cariño.

—No tienes nada que temer de allá, yo voy a protegerte —susurró Armin a su oído, y después soltó una leve risa que también compartió Lynna.

—No es eso lo que me preocupa, sólo que siempre es difícil saber que estoy cerca de mi familia sin poder verlos.

—Entiendo... —suspiró Armin, queriendo decir algo sobre el prometido de Lynna, pero se detuvo sabiendo que hablar de eso no era lo correcto— Estarás bien, pasaremos mucho tiempo ocupados.

Shock; Armin ArlertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora