Capítulo 6

1.1K 144 9
                                    

Una vez más había tenido aquella pesadilla en la que ese maldito titán devoraba a Marcel, o quizá era un recuerdo reproduciéndose de forma constante en su cabeza, pero lo único que Lynna tenía claro era que estaba harta de despertar de esa forma

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Una vez más había tenido aquella pesadilla en la que ese maldito titán devoraba a Marcel, o quizá era un recuerdo reproduciéndose de forma constante en su cabeza, pero lo único que Lynna tenía claro era que estaba harta de despertar de esa forma.

No entendía el porqué veía ese sueño con tanta claridad, aún si parecía algo cruel ella había dejado de sentirse culpable por esa muerte desde hace mucho, lo único que sentía era una decepción por sí misma al haberle fallado a su mejor amigo: Porco.

Pero ahí estaba, sentada en la cama y bañada de sudor, con la respiración irregular y completamente harta.
Sabía que hacía falta algo para poder detener la pesadilla que carcomía su mente, pero no sabía qué era.

—Me sacaste un susto de muerte, creo que me desperté más exaltada yo que tú misma —habló Mina, colocando en la frente de la rubia un pañuelo con agua fría para que se relajara— Desde que nos conocimos ya van cuatro veces que pasa lo mismo, es mensual.

—¿De verdad las cuentas? —preguntó Lynna con una sonrisa, parecía raro que su actual mejor amiga llevara la cuenta de un problema ajeno a ella.
Pero así era Mina Carolina, alguien infinitamente amable que siempre se preocupa por quienes la rodean.

—¡Tú también deberías hacerlo, un día te despertarás alterada y te vas a golpear la cabeza! —exclamó con cierto tono de indignación, y le dió a Lynna un suave golpe en el hombro.

—Es cierto que desde que entramos al ejército esa pesadilla se ha vuelto cada vez más constante, cómo si estuviera cerca del detonante.

En ese momento Mikasa se paró en un lado de ellas, y sin decir nada colocó su mano en la frente de Lynna, cosa que sorprendió a la rubia de mirada ámbar, no se había percatado de que habían despertado a Mikasa.
La asiática seguía usando su camisón para dormir, pero sin importarle eso tomó a su amiga de un brazo para que se levantara de la cama.

—Te llevaré a la enfermería, tienes algo de temperatura —dijo Mikasa, y sujetó el brazo de Lynna con fuerza para que esta bajo ningún motivo se fuera a tropezar o tampoco a querer escapar de visitar aquel lugar.

—¡E-Espera! —replicó la muchacha con una tímida sonrisa— ¡Me siento bien, no te preocupes por esto, pasa más seguido de lo que parece!

—Con mayor motivo debes ir a que te revisen —dicho eso dió por concluida su conversación con Lynna, y estando aún ambas en camisón la arrastró fuera de los dormitorios.

Aún si eso no era un problema para Mikasa, lo era para Lynna, no quería que nadie la viera en pijama; eso sin mencionar que estaba despeinada, aún tenía incluso lagañas y baba.

—¿Pasa algo? —se escuchó una voz conocida en un lado de ellas, ahí fue donde Lynna supo que fracasó en su misión de llegar a la enfermería sin ser vista; se trataba de Armin.

—A-Armin... —musitó, sintiendo como sus mejillas ardían y sabiendo que su rostro no tardaba en ponerse rojo.

—Lynna se despertó muy alterada, y no es la primera vez que le pasa, además tiene algo de temperatura.

Shock; Armin ArlertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora