Capítulo 22

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Todo el Distrito de Shinganshina se vió envuelto en una gran explosión que arrasó con más de media ciudad, pero lo que más destacaba no eran los escombros que se encendían en fuego, sino el Titán Colosal, esa criatura de tamaño descomunal que cami...

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Todo el Distrito de Shinganshina se vió envuelto en una gran explosión que arrasó con más de media ciudad, pero lo que más destacaba no eran los escombros que se encendían en fuego, sino el Titán Colosal, esa criatura de tamaño descomunal que caminaba a pasos lentos mientras con sus brazos destruía todo lo que se le cruzara.

Desde lejos, casi junto a la muralla, los sobrevivientes de la explosión veían a lo que debían de enfrentarse.
Por su parte, invadido por toda la frustración del momento, Armin se dejó caer de rodillas en el tejado.

No había nadie que los guiara, los del escuadrón de Hange Zoe murieron, el titán de Bertolt avanzaba hacia ellos mientras destruía todo a su paso; y lo peor para él era no saber en dónde se encontraba Lynna que, aún si seguía viva, su herida en el abdomen podía ser mortal si no era atendida ya.

—¿Creen que Lynna esté viva? —les preguntó Armin casi en un susurro a sus amigos, sintiendo el corazón doler por la preocupación de verse otra vez en la situación de perderla.

—No lo creo, Armin... —respondió Sasha con voz quebrada, temiendo igual por la posibilidad de que Lynna estuviera muerta— Estaba demasiado cerca, dudo que haya podido alejarse más que unos cuantos metros.

—No hay tiempo para esto, ¡debemos encontrar la manera de derrotar a Bertolt aquí! —dijo Jean— Armin, tú eres el único que puede decirnos qué hacer, debes encontrar un modo.

Pero la mente de Armin divagaba y no era capaz de encontrar una respuesta.
Sabía que su prioridad era acabar con Bertolt Hoover, pero el pensamiento intrusivo de no saber lo que había pasado con Lynna Grice lo invadía.

Por destino o por suerte, pero Lynna se encontraba con vida todavía.
El cuerpo de la joven estaba debajo de todos los escombros que Bertolt dejó atrás conforme avanzaba, pero ella estaba completamente inconsciente.

El intenso dolor de la herida, más el golpe y la presión de la explosión, el haber respirado el vapor ardiente del Titán Colosal junto al polvo de los escombros en llamas que levantaba, además de varios huesos fracturados.
Fue derrotada, y quizá por su propia culpa, ya que no tenía claro a cuál de ambos bandos le era fiel realmente.

Me desestabiliza, cuando lo veo es como si perdiera la cabeza... —contó Lynna, reviviendo en su cabeza un recuerdo de cuando era recluta.

¡Es amor! —gritó Mina emocionada, y la rubia se apresuró por cubrirle la boca— ¡Estás enamorada de Armin, de verdad no puedo creerlo, yo te hacía de pareja con Eren Jaeger!

¡Jamás, jamás, jamás! —exclamó Lynna sonrojada como nunca antes en su vida— Armin es lindo, ¿no crees?
Su voz es tranquilizante, tiene una sonrisa hermosa y sus ojos azules son como mirar el cielo despejado...

Es lindo para tí, pero a mí no me gusta que tenga cabello de casco, ¡me gustan los chicos de cabello corto!
Pero son tus gustos, sólo debes de hacerte una pregunta antes de ir a conquistarlo. Deja que tu corazón responda sin pensarlo, ¿bien?

Shock; Armin ArlertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora