Capítulo 26

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No sabía qué era lo correcto por hacer, jamás creyó que Zeke Jaeger fuera un restaurador de Eldia, y mucho menos que la usaría a ella para cumplir sus planes, sin importarle arruinar su vida

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No sabía qué era lo correcto por hacer, jamás creyó que Zeke Jaeger fuera un restaurador de Eldia, y mucho menos que la usaría a ella para cumplir sus planes, sin importarle arruinar su vida.

Lo peor era que no podía hablar, el expediente de Lynna no hacía justicia, y en caso de querer delatar a Zeke era más probable que le creyeran a él si decía que la traidora era ella.

Dejó que cayera la noche sin decir nada a nadie, fue hasta entonces que citó a la persona en la que más confiaba: Reiner.
Si alguien podía comprender todo lo que sentía, era sin duda su mejor amigo.

—Sé que es confidencial decir lo que te diré, pero no me importa, confío en tí más que en nadie... —habló Lynna luego de largos minutos en silencio— Estaré en la próxima flota de expedición a la Isla Paradis, voy a liderar a los tripulantes.

—¡¿Que tú qué?! —Reiner entendió todo rápidamente, se quedó pálido al pensar en que la rubia ya había hecho su vida y la perdería de nuevo— ¡No, no lo voy a permitir, si es necesario usaré toda la influencia que tengo para evitarlo!

—Te lo agradezco, pero ya está decidido.
Tengo confianza en que todo saldrá bien, regresaré cuanto antes y entonces voy a casarme, tener hijos, lo que sea que hagan las personas normales —habló Lynna con una pequeña sonrisa, pero se le notaba de lejos lo triste que estaba.

—No, Lynna... —dijo Reiner con su voz quebrada— Sabes perfectamente que no volverás esta vez, te matarán en apenas pongas un pie sobre esa maldita isla.

—Que tranquilízate... —respondió la joven con sarcasmo, luego miró de nuevo a los ojos a Reiner— En ese caso no tengo miedo, solo me preocupa lo que pueda pasar con ustedes, no sé como vaya a reaccionar Porco o mis hermanos.

El solo pensar en la idea de que Lynna moriría rompía el corazón de Reiner, que le había tomado especial cariño.
La abrazó con fuerza y se quedaron de esa forma en silencio varios minutos, sabiendo que era cierto, no podían hacer nada contra la decisión del gobierno.
Esta vez no enfrentarían el infierno de la Isla Paradis juntos, ya no más.

Los días pasaron rápidamente, como si el destino quisiera que Lynna estuviera lo más pronto en la Isla Paradis.
Sus hermanos estaban muy tristes, pero Colt le prometió que cuidaría a Falco con su vida, y que se encargaría de que Porco no se viniera abajo con su partida.
Falco, que creyó nunca más separarse de su hermana mayor, estaba más triste que nunca, pues desde que ella regresó pasaban mucho tiempo juntos.

Por su parte, Porco estaba destrozado, pero intentaba no demostrarlo frente a Lynna para que se fuera sin preocuparse.

—Mi amor, quiero darte algo antes de que te vayas... —habló Porco mientras usaba todas sus fuerzas para contener las lágrimas— Este anillo es el que iba a darte en nuestra boda, ten...

—P-Porco... —las lágrimas empezaron a bajar por las mejillas de Lynna, que luego de ponerse el anillo se lanzó a los brazos de su prometido— ¡T-Te prometo que v-volveré, n-no importa cómo ni cuánto t-tiempo me tome!

—Confío en que lo harás, volveremos a vernos tarde o temprano... —dijo él con una sonrisa tranquilizante— Da lo mejor de tí y cumple la misión, yo voy a cuidar de tus hermanos, como lo prometí la primera vez que te fuiste.

Se dieron un último beso, fue hasta ese momento dónde Porco dejó escapar sus lágrimas, sabiendo en su corazón que era probable no verle de nuevo, puesto que aunque subestimaban mucho a la isla, era cierto que los demonios matarían a la persona que los traicionó.

Eso era un misterio incluso para Lynna, porque aunque los ayudó en la pelea sin que Marley supiera, no sabía si después de tanto tiempo la verían como aliada, y menos ahora que no estaba Armin.

Se despidió de todos y subió a bordo del barco que zarpó hacia la Isla Paradis.
Antes de irse Zeke le informó que los voluntarios Anti-Marley la iban a contactar para proceder con el plan, así que mientras los esperaba Lynna se fue a recorrer todo el navío.

—¿Qué es este lugar? —se preguntó a sí misma cuando bajó al sótano, donde había decenas de cajas con un sello de vino muy costoso de Marley— ¿Por qué mierda hay vino, si se supone que sólo es una expedición de exploración?

—Eres muy curiosa —habló una voz femenina detrás de ella, haciendo que Lynna diera un salto por el susto— Será mejor que no cuestiones nada del plan de Zeke si no quieres problemas.

—¿Plan de Zeke? —cuestionó Lynna con seriedad— Puedo suponer entonces que tú eres su fiel partidaria, ¿no es así?

—Así es, me dió la orden de contactarte.
Es un placer conocerla, señorita Grice, mi nombre es Yelena —habló la mujer con una sonrisa, entonces Lynna notó lo increíblemente alta que era— Te voy a explicar el plan a detalle para que...

—No me interesa, solo dime qué debo hacer y acabemos con esta mierda, no vine por voluntad propia —espetó.

Yelena le contó cuántos tripulantes de la nave eran restauradores de Eldia, y le explicó cuál sería el primer paso luego de que lograran llegar a la Isla Paradis.

En general no sabían qué pasaría llegando, pero Lynna sabía que tarde o temprano se tenían que encontrar con la Legión de Reconocimiento, y es lo que más temía, aunque las cosas terminaron relativamente bien (exceptuando que Armin murió y que Mikasa le atravesó el abdomen) no quería verlos de nuevo.

Creyó que era un capítulo que ya había terminado, pero todo apenas empezaba, y lo supo cuando luego de varias horas navegando finalmente llegaron a las costas de la isla, ya podían verla.

—Estamos a sus órdenes, señorita Grice.
Usted díganos dónde nos detendremos.

—No usaremos el pequeño puerto que suele usar Marley, el enemigo ya debió tomar posición ahí —explicó la rubia con seguridad— Vamos a rodear, nos va a tomar un par de horas más, llegaremos por el área rocosa al Este de la isla.

—Si el enemigo está cerca, le será muy difícil avanzar con caballos hasta esa área, muy buen plan —le dijo uno de los hombres ahí, que Lynna reconoció como Onyankopon, otro restaurador.

Ya era pasada media noche y la única luz que los guiaba era la luna, navegaban lentamente por la orilla sin saber dónde detenerse exactamente.

Pero no fue necesario pensar en eso, ya que de un instante a otro el barco se empezó a elevar bruscamente hacia el cielo, por lo que todos los tripulantes se tuvieron que sujetar para no caer.
Algo los había elevado, y los llevaba hacia el interior de la isla con él.

En cuanto esa criatura los dejó en el suelo rocoso, la mente de Lynna volvió a pensar con lógica, y mientras todos miraban a las personas que habían frente a ellos en la isla, la muchacha estaba mirando a aquel titán que los había cargado hace un momento.

Se había encontrado de frente con el Titán de Ataque, es decir, Eren Jaeger.

Se había encontrado de frente con el Titán de Ataque, es decir, Eren Jaeger

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Shock; Armin ArlertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora