Capítulo 13

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El Titán Femenino fue derrotado en manos de Mikasa Ackerman y el capitán Levi, quienes lograron sacar al muchacho de la boca de la titán y llevárselo de regreso a la formación

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El Titán Femenino fue derrotado en manos de Mikasa Ackerman y el capitán Levi, quienes lograron sacar al muchacho de la boca de la titán y llevárselo de regreso a la formación.

Annie Leonhart no podía dejar de llorar, ya que más allá del dolor físico de la pelea, le dolía haber perdido.
Tenía a Eren Jaeger en la boca, pudo devorarlo, pero no lo hizo y ahora había perdido la pelea.

Lynna llegó a los pocos minutos y la sacó de la nuca de su titán, y esa fue la gota que derramó el vaso.

—¡NO NECESITO TU AYUDA! —gritó Annie con enojo, golpeando a Lynna con la poca fuerza que le quedaba, pero aún así logró hacerla sangrar.

—No es tu culpa haber perdido, no te preocupes por eso... —le dijo Lynna con miedo, tratando de ser empática con su compañera guerrera.

—¡C-Claro que no fue mi culpa, t-todo esto fue c-culpa tuya! —le espetó la guerrera enojada— ¡Estoy segura de que lo planeaste así, tú querías que me pasara esto, estúpida traidora!

Lynna estaba harta de que Annie le echara la culpa y le dijera traidora por estar con Armin. Ella lo había dado todo por demostrarles que estaba de su lado, incluso actuó en contra de sus mejores amigos, sus compañeros.

El día terminó con la legión llegando a las murallas, con una derrota por parte de ambos bandos.
Aún si fracasaron en la misión, Annie había masacrado a muchos soldados, y no habían podido traer de regreso los cuerpos de sus compañeros caídos.

Lynna caminaba cabizbaja, tenía algo que carcomía su mente poco a poco, una pregunta que no sabía responder.
Armin notó que la muchacha estaba rara, así que la mantuvo a su lado y la abrazó hasta que llegar al cuartel.

—L-Lo siento, yo n-no debí haber sobrevivido... —chilló Lynna entre los brazos de su amado— Todo el flanco derecho fue eliminado, menos yo...

—¡No fue tu culpa que hayamos sido atacados así! —le dijo Armin— No te digas a tí misma que debiste morir, mereces vivir tanto como cualquiera.

—¿Pensarías lo mismo si...?

En ese momento, y por suerte, su conversación se vió interrumpida cuando Eren bajó de la carreta en la que venía, y se acercó a ellos.
Aún seguía muy herido, pero parecía sanar muy rápido gracias a su poder.

—E-Eren... —Lynna se quedó sin voz, las lágrimas se juntaron en sus ojos y se sentía como la peor escoria.
Su mejor amigo la veía incrédulo, no entendía porque su amiga estaba así, pero esos bonitos ojos verdes hacían que ella se sintiera más culpable.

Eren era una buena persona, de eso no tenía ninguna duda, recordaba cada momento a su lado con alegría, ¿por qué actuaba en su contra?
No podía seguir así, no podía volver a actuar en contra de sus amigos, iba a tomar acción y acabaría con todo.

Cuando cayó la madrugada Lynna se levantó a hurtadillas, y se dirigió a la oficina del comandante Erwin Smith.
Temía encontrarse a alguien cerca, no le sorprendía que después del ataque la seguridad aumentara.
Notó un resplandor cálido debajo de la puerta, significaba que estaba ahí.

Shock; Armin ArlertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora