Capítulo 16

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Le dolía demasiado la cabeza, sentía que en cualquier momento podría estallarle junto con todo el cuerpo

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Le dolía demasiado la cabeza, sentía que en cualquier momento podría estallarle junto con todo el cuerpo.
Poco a poco su visión se estabilizó, y sólo podía ver la suave luz cálida que atravesaba las ramas de los árboles, indicando que estaba atardeciendo.
¿Qué había pasado? ¿Perdió la pelea?

Eren se levantó de inmediato, pero se dió cuenta que no tenía sus brazos, al parecer durante la pelea el Titán Acorazado se los había arrancado.
Miró a su lado y a unos metros de él Ymir estaba en la misma situación, sus extremidades también faltaban.

—Despertaste, Eren... —escuchó una voz familiar, entonces cuando el chico miró esperanzado se encontró con su mejor amiga: Lynna Grice.

—¿L-Lynna? —preguntó Eren, que no terminaba de comprender la razón por la que ella estaba en la misma rama que Bertolt y Reiner— ¡¿Qué haces aquí, eres una traidora?!

—¿Te sorprende? —dijo la muchacha con seriedad, bajando su mirada llena de tristeza para que nadie la viera.
Debía mantenerse firme, no era el momento para llorar.

—¡Confiamos en tí, Lynna! —le gritó Eren lleno de enojo— ¡Confié en tí, éramos mejores amigos, creí que compartíamos nuestros sueños!
¡¿Qué hay de Armin?! ¡¿Creíste que sería buena idea para pasar el rato?!

Debía ser fuerte, debía aguantar más.
Sería difícil, pero en algún momento tendrá que superar a Armin Arlert, y dejar atrás todas sus experiencias en la Isla Paradis, por más que doliera nada volvería a ser lo que fue.

—¿Qué harás? —cuestionó Reiner con desdén, pues vió que sin decir nada Lynna se había anclado con el equipo de maniobras al árbol en el que se encontraban Eren y Ymir.

—No pienso soportarlo —respondió la muchacha con seriedad, sin siquiera dirigirle la mirada a sus compañeros.

Con el gas del equipo se impulso hasta el árbol, viendo de cerca cómo el rostro de Eren enrojecía del enojo debido al descaro de acercarse a él.

—¡¿Me harás frente, idiota?! —gritó Eren, claramente agresivo— ¡¿Quieres pelear conmigo?! ¡Ven acá, idiota!

—Un perdón no bastará, ¿o si? —dijo Lynna indiferente, retando a Eren con la mirada— Ya estoy frente a tí, ¿qué estás esperando para golpearme?

Aún si pudo esquivar sus golpes, la rubia no decidió hacerlo; dejó que Eren desahogara su ira sobre ella, por una parte se dijo a sí misma que lo merecía, y por otra parte era mejor que fuera agresivo ahora que cuando estuvieran nuevamente en marcha.

—¡¿Buscas que te asesine o qué?!

—¡No interfieras, Bertolt! —gritó Lynna, que aprovechó que Eren se distrajo y lo tomó de los brazos para empujarlo hacia atrás.

—¡Es suficiente! —le gritó Reiner.

Era cierto que debía detenerse, Lynna tenía el rostro ya lo suficientemente ensangrentado por todos los golpes.
Finalmente se defendió, golpeó a Eren con fuerza y bloqueo uno de sus puñetazos, entonces a toda velocidad la muchacha golpeó su nuca.
No aguantó muchos segundos más, Eren cayó sobre la rama derrotado.

Shock; Armin ArlertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora