Capítulo 39

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La familia Blouse había sido tan amable de acoger al par de niños marleyanos bajo su ala (aunque desconociendo tal información), era tanta su amabilidad que los invitaron a la cena en donde celebrarían el compromiso de Sasha, la hija del señor Blo...

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La familia Blouse había sido tan amable de acoger al par de niños marleyanos bajo su ala (aunque desconociendo tal información), era tanta su amabilidad que los invitaron a la cena en donde celebrarían el compromiso de Sasha, la hija del señor Blouse que no conocían.

Vieron a Sasha por última vez en el funeral de Connie, que ya conocían como el mejor amigo de su hija, y fue ahí donde Nicolo les extendió la invitación de la cena a él y toda su familia.

Para ese momento, Gabi y Falco estaban fingiendo tener otros nombres, los cuales eran "Mia" y "Ben" respectivamente.
Gracias a convivir con los Blouse, habían aprendido a empatizar un poco más con los isleños, aunque no del todo.

—¿Dónde estarán esos dos? —le preguntó el señor Blouse a su esposa, que estaba junto a él en la mesa— Ya nos acabamos el platillo de entrada, muero por comer la comida fuerte.

—Me pareció oír que se rompió una botella, tal vez Nicolo la esté limpiando, seguramente Sasha la tiró —dijo la señora con tranquilidad.

—Ben, ¿te importaría ir a buscarlos?
Es una cena por su compromiso, y son los únicos que faltan —habló el señor Blouse para Falco, que casi olvidaba que ese era su nombre falso.

Falco se levantó de la mesa y salió tímidamente de ahí, no sin echarle una mirada a Gabi, que parecía estar a punto de un colapso nervioso por quedarse sola junto a los "demonios".
Se escuchaba mucho ruido, sobre todo gritos, así que Falco dudó en asomarse.
Pero no quería volver a la cena y decir: “No me quise acercar”, así que tomó valor y atravesó la puerta del salón.

—¿Todo bien, señor Ni-co-lo...? —la voz de Falco se fue apagando cuando distinguió, entre todas las personas de la habitación, a su hermana mayor.

—¿Falco...? —habló Lynna sorprendida, mirándolo casi con terror— ¿Qué estás haciendo aquí...?

—Y-Yo, no sé, yo... —ninguna palabra salía de la boca del menor de los Grice, no tenía ni idea de cómo explicarle a Lynna qué hacía ahí porque sería hablar desde el escape de prisión hasta la adopción de los Blouse.

No se habían percatado del tiempo, pero al parecer pasaron varios minutos, ya que el resto de la familia Blouse (junto a Gabi) apareció en la puerta.
Se encontraron con toda la legión de reconocimiento, un ambiente tenso, y una botella de vino rota en el suelo.

—Es la niña que mató a Connie... —dijo Sasha casi sin voz, mirando directamente a los ojos de Gabi Braun— Eres tú la que mató a mi mejor amigo...

—¿Qué dices...? —el señor Blouse estaba muy sorprendido, ¿qué tan pequeño podía ser el mundo?

Pero Lynna no aguantó más, de un momento a otro se desplomó en el suelo, cayendo duramente de rodillas.
Un escalofrío constante recorría su cuerpo de los pies a la cabeza, haciendo que respirar fuera casi imposible.
Se sentía como un shock eléctrico a su corazón, como si algo se lo aplastara.

Shock; Armin ArlertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora