Capítulo 14

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Una vez que terminaron de evacuar, la siguiente misión como soldados era encontrar el hueco de la muralla

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Una vez que terminaron de evacuar, la siguiente misión como soldados era encontrar el hueco de la muralla.
Viajaron por horas sin descanso, la madrugada había caído, pero nunca dieron con el supuesto hueco.

Se encontraron con el otro equipo que revisaba la muralla, entonces notaron que efectivamente no había uno, era un misterio la aparición de esos titanes dentro de la Muralla Rose.

Se quedaron a pasar la noche en las ruinas de un castillo a la cercanía.
Lynna no sabía qué pensar, tampoco encontraba el momento de hablar con sus compañeros guerreros ya que siempre había personas alrededor.

—Lynna, creo que deberías dormir, lo que haya pasado lo averiguaremos al amanecer —le dijo Reiner, amable.

—¿Y si pasa algo más? —preguntó la muchacha aún alterada.

—Te despertaremos si pasa algo, igual nuestros superiores están haciendo vigilancia arriba —dijo Krista con una sonrisa llena de compasión.

—Cuidado mientras duermes, ¡quizá un titán salga del suelo y te intente comer! —se burló Ymir.

Lynna sintió una punzada en el corazón con esas palabras, pero no dijo nada, ella cargaba con la culpa de la muerte de Marcel Galliard sola.
Logró dormir, estaba muy cansada, pero para su desgracia el sueño en el que el titán se comía a Marcel volvió a atormentarla, pero esta vez se sintió más real que en otras ocasiones.

Se despertó de golpe, y es que sus superiores habían gritado que subieran de forma urgente.
Todos los novatos corrieron por las escaleras, y cuando llegaron arriba vieron el infierno que los rodeaba: los titanes se estaban moviendo, y se dirigían a atacar las ruinas.

No debían moverse, no tenía que estar pasando eso, ¿acaso morirían ahí?

—¡Miren eso! —exclamó Connie a sus compañeros, señalando a un punto lejano de la torre— ¡Es enorme! ¿Es un titán? Parece una bestia.

En cuánto todos fijaron su mirada a ese titán, quedaron petrificados.
En especial Reiner, Bertolt y Lynna, que lograban reconocer a ese titán aún si habían pasado años desde la última vez que lo vieron en acción.

—¿E-Ese es Z-Zeke? —musitó Lynna de forma inaudible, y sin más se dejó caer sobre sus rodillas contra el suelo.

—¡Va hacia la muralla! —dijo Connie, todos seguían con la mirada al titán, esa cosa medía diecisiete metros y estaba cubierta de pelo, era algo que ningún isleño había visto jamás.

—¡Levántate, idiota, no es tiempo para descansar! —gritó Ymir, y tomó a Lynna por el cuello para levantarla del suelo bruscamente, pero lo que no esperaba era que la rubia le diera un fuerte golpe en la cara.

No entendía su reacción, a pesar de que Ymir no le agradaba jamás le habría hecho frente de tal forma.
Quizá era que la situación la sobrepasó, pero fuera lo que fuera no se disculpó, sólo corrió hacia dentro del castillo junto con sus compañeros.

Shock; Armin ArlertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora