17.
Reclamar.
Un cosquilleo recorría mi cuerpo, la demanda y posesión quedo grabada en mí, aun cuando vi claramente como Isaac se apartó de mi viéndome con detenimiento, pero mi atención estaba puesta en todo los sentimientos y sensaciones que recorrían mi cuerpo.
Era verdaderamente consiente de cada uno de mis sentidos, esos que se embargaban de cada tramo de la presencia del hombre frente a mí. Un estremecimiento me recorrió cuando su aroma llegó a mí.
Mierda.
—¿Lynette?
No supe con certeza cuando tiempo estuve antes de respirar profundamente y poder céntrame en toda la realidad. Me sorprendió el golpe con todo lo que me llego después del beso.
Ya habíamos formado un vínculo.
—Entonces—lo miro y lo primer de lo que soy consiente es de nuestra distancia—. ¿Qué libro buscabas?
Por segundos no reacciono a su pregunta, luego no sé si agradecer que ni siquiera toque el tema o sentirme ofendida de que no hable de nada al respecto.
—Costumbres—murmuro intentando concentrarme—. Un libro que hable sobre tu legado, los Price.
—¿Sobre nuestras costumbres? —asiento—. ¿Acaso no conocías las de tu manada?
—No es eso—sonrió levemente—. Mi madre me hizo aprender todo sobre los Reither. Pero sé que no todas las manadas se guían de igual forma.
—Es cierto—lo veo dar unos pasos, pero a la distancia—. Las costumbres de algunas son diferentes, pero no hay nada del otro mundo.
Intento ignorar el leve picor que empieza a sentirse en mi piel mientras solo noto la presencia de Isaac, debía acostumbrarme a estas sensaciones pronto.
—Ayer mientras hablaba con Dulce, me conto sobre la peculiar manera en que empezó su relación con Dalton—cuento y me da una elevación de su comisura derecha—. Le pregunte si el la había reclamado y ella no entendió mi pregunta. ¿Acaso aquí le llaman diferente?
Veo como Isaac me mira confundido y eso solo me molesta un poco, no me gustaba no saber como expresarme.
—Reclamos, los que hacen los hombres sobre la mujer sin relación previa...
—Se a qué te refieres—me interrumpe con suavidad—. Aunque me asombra que lo digas. Los reclamos se han prohibidos hace décadas.
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Suya
WerewolfLo curioso de esta vida, es que suele darte tanto como te quita. Para Lynette la vida le ha quitado todo y mucho mas, sola, sin familia, sin hogar y a la espera de su final, la joven hibrida esta mas que dispuesta a abrazar su muerte e ir con su dio...