34 | Familia Price

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34.


Familia Price.


No era una vuelta agradable. No. Miento. Las sonrisas y caricias que recibía a cada paso que dábamos yo y los gemelos, no podían considerarse desagradables. Sin embargo, no era lo mismo, algo había, algo que molestaba y estaba ahí entre nosotros.


Tenía miedo, aunque lo ocultara y quisiera hacerlo pequeño dentro de mí, aún estaba ahí y al igual que eso que estaba entre nosotros, ese miedo me alejaba de todos ellos. A pesar de mi humanidad había sido criada por una Reither leal y fiel. Y como tal, también podía considerar que sabia quiénes eran y entre todos mis pensamientos en ninguno de ellos estaba la redención.


Patrick no perdonaría mi salvación, mi felicidad y mi nuevo lugar, mucho menos daría un paso atrás luego de haberse parado en frente de dos Price y odiarlos. No le importaría destruir vidas, familias y miles de generaciones solo para poder tener la oportunidad de saciarse, de hacerme ver como todo lo mío volvía a destruirse y todo por mí.


¿Así seria de nuevo?


En algún momento me hubiera preguntado si yo Valia tanta pena como para todo esto, si una simple mujer como yo que carga con tantas muertes en su alma, lo valdría.


Y hoy podría decir que si, hoy sosteniendo dos manos tan diferentes como iguales en cada paso que doy, diría mil veces que sí, que yo Valia la pena, que yo quería valer lo suficiente para ellos, para vivir, por nosotros, para nosotros.


Pero igualmente, me sentía egoísta y una parte de mi se alegraba de mi egoísmo, de esta nueva mujer que crecía gracias a Isaac e Isaiah, se alegraba de ser egoísta por aquellos seres que solo me demostraron toda mi valía y amor que podría tener.


Lo probe todo, probe la felicidad y satisfacción más grande en toda mi vida y no la soltaría sin luchar. No la dejaría irse lejos de mí. Aun cuando todo eso me conllevaba un gran peso a mi vida. Esta simple decisión, una simple elección de luchar, incluía miles de vidas por detrás, vidas que estaban dispuestas y también quienes no, a darlo todo por la victoria.


Vidas que podrían perderse, como tantas otras.


—¿Qué nivel de complejidad tendría adivinar tus pensamientos? —dejo mi cabeza en paz cuando escucho la pregunta de Isaac y lo encuentro viéndome.


—Responderé por ella—dice Isaiah—. Ninguno—lo veo caminar con nosotros con una soltura mientras no mira más que mi rostro—. Sus pensamientos podrían ser adivinados a metros de aquí.


—No deberías preocuparte Lynette—dejo de verlos y me centro en seguir el camino—. Sabíamos que en algún momento esto pasaría, nuestra escapada fue solo con un objetivo, unirnos en paz.


—Lo demás no tiene que preocuparte pequeña—detengo mis pasos al escuchar a Isaiah, enseguida ambos se detienen a mirarme.


—Sería muy egocéntrico de mi parte ignorar que posiblemente al salir de este bosque, lo primero que tendremos en frente es una declaración de guerra, que cambiara la vida de muchas personas.

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