44 | Juntos

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44.



Juntos.



—Podría quedarme así toda una vida—sonrió escuchando las palabras de Isaiah, me entierro aun mas en el hueco de su cuello notando la calidez de los brazos de Isaac apretujarme.



Amaba esto. Mas allá de la sensación de plenitud que me otorgaba estar así con ellos, amaba su sola presencia, cada sentimiento de amor y protección que hacían y prodigaban por mí, me llenaba. Isaiah e Isaac podrían darme mil cosas, decirme mil cosas, pero solo bastaban ellos en el mismo lugar conmigo, para ser completamente feliz.



Mi cuerpo tiembla bajo las manos de Isaac subiendo y bajando por toda mi espalda. Era demasiado temprano como para abandonar la cama, el sol apenas estaba asomando y nosotros no habíamos pegado un ojo en toda a noche. Me sentirá terriblemente incapaz de pararme o hacer algo que no fuera estar entre ellos.



Los había extrañado en tantas formas.



Aun cuando me faltaban horas de sueño, aun cuando mi cuerpo estaba más que necesitado de un descanso no había podido pegar un ojo, tal vez era esa parte de mí que necesitaba llenarse de ellos, después de tanto tiempo sin estar juntos.



—Deberías descansar—me remuevo escuchando las palaras de Isaac, alzo mi rostro con las ultimas fuerzas que creo tener para verlo.



—Descanse mucho aquí, en cambio tu si, deberías dormir.



Isaac me da una suave sonrisa ignorando por completo mis palabras mientras continúa recorriéndome con su mano. Se que no hará caso algo a lo que dije, ninguno de los tres esta dispuesto a romper y perderse de este momento tan íntimo.



—¿Cómo están las cosas allá fuera? —pregunto en general.



Y espero. Puede que este sea un acto egoísta, no, era un acto demasiado egoísta. Nosotros habíamos arrastrado a tantas personas a una guerra y teníamos la audacia de escapar, de tomarnos nuestros tiempos y momentos. Aun cuando otros no podían, por más que quisiera.



—Ya se ha visto movimiento—murmura Isaiah.



—Mis padres están en camino—sigue su hermano.



—Dalton—un silencio cae entre medio—. Dijo que vendría cuando pueda, pero más seguro es que no lo veremos hasta que nosotros nos movilicemos a su territorio—me sorprenden sus palabras y solo debo mirarlo para notarlo ausente.

SuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora