Suya

31 | Irrupción

31.

Irrupción.

Creo que contengo la respiración cuando veo verdaderamente como ambos están sin nada que los cubra, o al menos Isaiah esta completamente desnudo con cierta parte de su cuerpo semiduro que creo esta por empezar a ponerse aún más.

Isaac tiene un gran bulto cubierto por sus boxes, la mirada salvaje que ambos me profesan es intimidante y solo hace que mi cuerpo los desee aun mas si es posible.

—Hermosa—la palabra más bien gruñida que me da Isaac me hace querer sonreír.

Estaba completamente desnuda, jadeante y seguramente mi cabello tenia rastro de hojas como mi mejilla, pero lo entendía, el solo veía a una mujer anhelante y dispuesta para ellos.

Quiero hablar, decir algo, pero solo son palabras que quedan atascada en mi boca cuando veo como Isaac se despoja de su última prenda, librando su dureza, tiesa y llamativa. Lo veo tocarse un par de veces antes de que avance unos pasos. Debo levantar mi rostro para poder verlo, aquellos ojos dorados brillan mientras me ven y aunque parecen desconocidos, sé que no lo son.

Una de sus manos se posa sobre mi mentón, solo puedo sentir la nueva humedad empapar mi entrepierna mientras mis labios son rozados por él. No era experta en esto, pero podría deducir por la ultima ves que tome a Isaiah en mi boca, que no sería fácil albergarlo por completo.

La humedad de mis labios toca contra el principio de su entrepierna y lo siento tensarse. Al principio me permite hacerlo a mi modo, humedezco, chupo y lamo todo su eje erecto. Mis manos se posicionan en sus piernas mientras me alzo un poco para poder recorrer toda su longitud.

Issac se tensa bajo mi toque, su cuerpo responde a mi y solo puedo notar como su agarre disminuye, pero sigue en su lugar. Debía admitirlo, me esmere y tome todo por varios minutos, sin embargo, la incomodidad en mi mandíbula pronto se hizo presente y el aún seguía completamente duro en mí.

Puedo escucharlo sisear cuando solo empieza a chupar la punta de su longitud antes de abandonarlo. Sigue duro y erguido ante mí, lo rodeo con unas de mis manos antes de empezar un apretado vaivén en toda su extensión. Logro poder alzar la mirada y encontrarme con su mirada fija en todo lo que hago, sus labios entre abiertos y su pecho subiendo y bajando rápidamente.

Se veía tan imponente.

Tan, Isaac.

En algún momento mi curiosidad me pudo y empecé a cambiar mi toque en él. La rapidez de mi fricción y mi mirada en el pudo mas en el momento en que cerro sus ojos y echo un poco su cabeza atrás. Deje de verlo y baje aún más, mientras lo seguía tocando, mis labios tocaron la base de todo y logre lamer un poco de piel, antes de ser apartada completamente.

El agarre en mi mentón se tornó algo doloroso, mientras lo volvía a ver, su expresión bajo control había pasado a otra que nunca había podido ver, así que estaba llegar al final. Quise sonreír, de verdad lo quise...