8.
Exilio.
Cuando por fin logro salir del baño, lo primero que mis ojos captan son a los dos gemelos en una esquina del cuarto, frente a la ventana. Apenas logró poner un pie fuera del baño, y lo veo, ambos respiran profundamente en mi dirección. Intento no decir nada al respecto, pero cuando ambos se dan una mirada larga y veo un ceño fruncido, creo que se lo que sucede.
—Debo señalar que es raro que dos hombres tengan casualmente, ropa de mujer—comento intentando pasar el extraño silencio.
Ambos me miran y sé que me escucharon, pero se vuelven a dar una mirada, si no fuera porque es casi imposible que se puedan comunicar telepáticamente, diría que se dicen mil cosas.
—Las casualidades nos persiguen—dice Isaiah rompiendo el silencio y dándome una cordial sonrisa, es tensa—. Pero lo cierto, es que la ropa la compramos para nuestra cuñada.
—¿Dónde viven no hay tiendas? —pregunto con mera curiosidad.
—Las hay—aclara Isaac—. Solo que ella dice que no hay la misma variedad, que en la ciudad.
Asiento y no comento nada, lo cierto es que esas situaciones pueden pasar mucho en manadas que están muy aisladas del mundo. No puedo decir lo mismo de la manada Reither, ellos rodean la ciudad y van y vienen cuando quieren. Tienen esa posibilidad.
—Ya trajeron la cena—retoma Isaiah señalándome la mesa repleta de platillos—. No sabíamos que escoger y al final, pedimos variedad—explica mientras me acerco a la mesa ay me imitan—. Los pequeños ya han comido, les corte un poco de carne y estaban muy hambrientos. Después jugaron un poco y cayeron rendidos—
—Son muy pequeños—murmuro y miro como ambos hermanos enseguida abren todos los platillos haciendo que un aroma exquisito empiece a envolverme.
—Es muy cruel que los hayan abandonados—Dice Isaiah siguiendo la conversación, solo puedo ver como ambos cortan diferentes platillos antes de servirse uno al otro y hacer lo mismo conmigo.
La manera natural con la que se mueven, se tienden y se sirven, me hace creer que son de esos gemelos que hacen todo junto. Es algo cómico y asombroso de ver, la manera fluida y unida con la que hacen todo.
—El abandono esta entre la naturaleza de los humanos—escucho las palabras suaves de Isaac mientras veo cómo van llenado más y más mi plato.
—Es su naturaleza, eso no lo puede cambiar nadie—coincide completamente Isaiah.
Y sonrió. Sonrió abiertamente y eso capta enseguida su atención, ambos me miran en completo silencio viendo con detenimiento mi acción, y por sus miradas sé que están curiosos.
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Suya
WerewolfLo curioso de esta vida, es que suele darte tanto como te quita. Para Lynette la vida le ha quitado todo y mucho mas, sola, sin familia, sin hogar y a la espera de su final, la joven hibrida esta mas que dispuesta a abrazar su muerte e ir con su dio...