2 | Isaiah

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2.




Isaiah




—¿Porque tenía que ser justamente la ciudad? —Ignoro las palabras de mi acompañante—. Isaiah.


—Ya me aburrí de estar rodeado de tanta tranquilidad—Explico—. Así que, nos iremos a divertir fuera de estos bosques y de la naturaleza.


A pesar del desagrado que muestra Isaac, decido ignorarlo y seguir conduciendo tranquilo. Puede que no nos guste la ciudad, después de todo éramos completamente opuestos a los típicos ciudadanos, pero considerando la situación en la que estábamos, definitivamente necesitábamos un cambio radical.


Las siguientes horas de viaje, fueron en completo silencio, había cosas que muy pocas personas podrían entender de mi relación con mi hermano. Como típicos gemelos, siempre estuvimos juntos, pero era diferente. Lo sabíamos, sabíamos que no era la cotidiana situación de solo hermanos. No es como si toda mi vida me hubiera impuesto por decidir el estilo de vida que estábamos dispuestos a buscar.


Pero el querer estar en una relación con el ahí, definitivamente había sido mi última opción. Por naturaleza, mi posesividad era mayor, y en el pasado de tan solo pensar que tendría que compartir a quien sería mi compañera con alguien más, me llenaba de rabia.


Y eso no pasaba, aquí eso no pasaba, mi cuerpo e instintos no reaccionaban al solo imaginarme eso, pero con Isaac.


El mundo sabe, mi familia, conocidos y amigos, que, desde joven, desde jóvenes ambos tuvimos más enrrollos de los que quisieras admitir, así que no era de sorprenderse, que ahora saliéramos con que queríamos una relación "de a tres".


No es algo que decidimos al alzar, no fue que me levanté un día y le dije "Isaac, casemosno con la misma mujer". Aunque él y yo, siempre hemos sabido esto, nunca antes lo habíamos hablado seriamente, y eso que nos decíamos todo.


Pero hace con exactitud, un año. Mi familia estableció nuestro tiempo. Por herencia, éramos machos alfas, extraño considerando que solo debía haber uno en la familia y al final, todos los hijos Price lo fueron. Dalton, oficialmente se estableció en el territorio que un día fue de nuestro abuelo. Isaac, por haber nacido primero, heredaría la manada de mi padre y yo, tendría que hacerme cargo del territorio de mi madre.


Aunque ese día no lo dijeron, supimos que el hacernos cargo significaba establecernos, lejos, separados, formar familia separados y vivir así. Muchos dirán que solo es negatividad al pensamiento de separarnos, pero no es así, es la naturaleza que nos tocó. No es como si fuéramos los primeros cambiantes que deciden hacerlo de esta forma.


Pero igual, aunque lo hubiéramos hablado, no es como si fuera fácil encontrar una mujer que esté dispuesta a querer a dos hombres por igual, a vivir con los dos.

SuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora