DIME QUE SÍ © |TERMINADA| |+21|

CAPÍTULO 21

~UNA REINA AGREDIDA, EL DIABLO DESPIERTA~

PARTE I

Junio 2014

Amelia Ferrer

Restaurante Rayo's

—Al fin una salida de amigas.

—No exageres.

—Es verdad, al menos dime que te deja laxa de tantos orgasmos, eso es una buena vida.

Me ahogo con mi bebida por un momento, me recupero y río. —Sí, lo hace.

—Los hermanos Lebedev sí que son exquisitos.

Escupo mi café en su cara. Suerte que no estaba caliente.

—¿Tienes algo con...?

Sofía limpia su rostro y baja la mirada. En todos los años que la conozco jamás he visto esa expresión.

—He seguido viéndome con Víktor Lebedev. —Oculta su rostro entre sus manos. —Aparte de follarme bien, el condenado me tiene con elefantes machacando mi estómago.

Parpadeo varias veces asimilando lo que acaba de decir. —¿A qué te refieres?

—Solo somos amigos, y yo... —suspira—...creo que he caído. Tengo miedo a caer muy fuerte Amelia.

Mi amiga, el alma libre, la sin ataduras mejor follo.

—No puedo creerlo —atino a decir—. Creo que ya hemos tenido esta conversación antes.

Hago referencia a cuando yo estaba en la misma situación con James.

—Ya sé —golpea su frente con sus manos—. Estoy jodida por un tío que está más bueno que mi comida favorita y no me da la hora.

Vaya, que excelente referencia.

—¿Cuándo pasó? —La conozco, Sofía está enamorada. Ella solo se encoge de hombros.

—Espero que James te trate de maravilla, y sobre todo, que te respete sino —alza el cuchillo de la mesa—, le rebano los sesos y lo dejo caer al mar para que se lo coman los peces. También lo haré mi rata de laboratorio.

—Tienes que decidirte por lo uno o por lo otro —acoto, señalando con el tenedor que baje el cuchillo ya que ha puesto de los nervios algunos comensales.

—Cierto —río.

—Me respeta, me ama, estamos bien, guarda tus instintos asesinos en lo más profundo de tu cabecita. —Rueda los ojos, pero me hace caso.

Seguimos conversando y a mi mente me vienen varias preguntas: ¿Cómo pasó? ¿Cómo no me di cuenta?

Estaba en las garras de mi ruso que no puse atención a mi mejor amiga, mi hermana de otra madre.

Mi celular vibra en la mesa, hablando del Rey.

—Eh, que hoy nada de pareja ni de amantes ni de salimos después, nada.

Alzo las manos en rendición. —Está bien, lo sé. —Guardo mi celular en mi bolso.

—Así sí, voy a pagar y nos vamos. Hoy es noche de chicas.

Es viernes, somos libres de la clínica. Mañana iríamos al bar solo las dos. Teníamos todo un itinerario juntas.

—Te espero afuera.