CAPÍTULO 61

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~EMPEZAR DE NUEVO~


Tres semanas después

James cumplió su juramento. En menos de dos semanas se deshizo de todos los renegados de la yakuza en el mundo. Oriente estaba en guerras por su causa. Estados Unidos tiene la peor crisis económica de la historia. Los carteles de América del Sur tenían desfalcos y sin tratos con la otra mitad del mundo.

"...Han sido hallados en diferentes puntos del país. Nuestro sistema de seguridad no se abastece con este asesino serial. Los familiares de los deudos piden una explicación coherente..."

Las cárceles se estaban quedando sin convictos, las huelgas de todo tipo estaban desapareciendo, los animales domésticos tenían mejores lugares en el que quedarse, las calles libres de ladrones, cadenas perpetuas para los pedófilos...

Un mundo mejor para y por nosotros. Nuestros libros tenían más hojas las cuales pintar.

—¿Por qué sonríes? —Sofía apaga el televisor. —Está haciendo un desastre, uno bueno, pero desastre, al fin y al cabo.

Miro a Renzo jugar con Alexander en su piscina de pelotas y peluches. Dmitry observa desde su mecedora, él es quien más se parece a James en todos los sentidos.

Hassan chilla y pongo mi atención en él. Sofía cose la herida de su frente.

—¿A quién se le ocurre mencionar sobre la boda de la mujer que aun ama? —inquiere en tono burlón desde la cocina.

—Víktor —regaña Sofía. —Apresúrate con esos cafés.

—Lo empeoraste al llevarle esa pintura. En su posición te hubiera matado frente a todos.

Es abrumante y genuino. Conozco a James para saber que se abstuvo de cortarle la cabeza, y lo hizo por mí.

—¿Fue tan malo?

—Casi me desnuca ahí mismo enfrente de la junta. —Su voz es nasal, la camisa blanca ahora es roja. —Me sacó de quicio y respondí, la pintura de nosotros reventó su paciencia.

—A veces eres imprudente, quedamos en que la pintura lo mandabas no darle tu mismo. —Entrecierra los ojos. —No lo estoy justificando.

Exhala. —¿Cuánto más voy a soportar?

Sofía coloca el parche en su frente. —Faltan pocos días para el cumpleaños del Diablo, aguanta, sé fuerte, resistirás.

Los ojos grises de Hassan se llenan de lágrimas.

—Si termina de matarme, cuiden de Borkan. —Sofía rueda los ojos.

Víktor coloca la bandeja de cafés en la mesa de centro. Tomo el mío y bebo un poco.

—James llegó de América mal herido. —La preocupación se asienta en mí, no lo sabía. —Tenemos problemas con La Orden, todos los Russo están muertos. La caída de la bolsa es un motivo justificado para joder, así que estaremos bien hasta que se arreglen.

Termino mi café. James debe estar preocupado por nosotros.

—Estarán bien ¿no? —cuestiona Hassan, refiriéndose a mis hijos.

—Por supuesto, Amelia también, mi familia... tú, no sé. —Alza sus hombros en un gesto despreocupado.

La cabeza me da vueltas. Solo logro ver la sonrisa de Víktor. Pedazo de idiota.



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