EXTRA 2: Recorrer el mundo contigo.

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Amelia Ferrer

Los Alpes Suizos

Hotel A&A Lebedev

—No amanecí con mi reina a mi lado —Recargo mi espalda en su pecho y me dejo abrazar sin dejar de mirar hacia arriba.

—Están transportando una vaquita —señalé el cielo—. ¿Estarán incómodas? ¿Podrías hacer algo?

—Lo haré —Volteó mi rostro hacia él y dejó un beso casto en mis labios—. Pídeme lo que quieras, lo haré.

Mi James, ¿estás tan enamorado de mí?

—¿Lo que quiera? —ronronee raspando su cuello con mis uñas. Su gruñido me hizo sonreír. —Bien, vamos a desayunar y ahí te digo, tengo hambre.

—Siempre tienes hambre —lo escuché susurrar.

—¡Te escuché!

Vino detrás de mí a los pocos minutos y nos miramos con intensidad a los pies de la cama. Cuando empezamos a viajar ya no había interrupciones, disfrutábamos de nuestro aroma, el cosquilleo del fuego renacer en mi vientre bajo.

Somos inocentes hasta el mínimo roce a cometer. Me hacía desear, dejándole a la expectativa de lo que pasará. Nuestra intimidad era salvaje y a la vez era tocar un diente de león.

Esos penetrantes ojos azules y su cabello negro, los hoyuelos de sus mejillas al sonreírme, su fornido cuerpo. Sentirse una pecadora era tan ardiente. Su amor me cegaba, fascinante y destructivo.

—Atrápame Diablo.

Risas y jadeos, solo eso se debería escuchar en la habitación de dos amantes.


(...)


El salón principal era un estilo clásico, como los castillos. Parecía un sueño ingresar, me sentía dentro de un libro de fantasía. Aunque notándolo bien, a cada lugar que íbamos, siempre había algo parecido a ese estilo.

Me encanta.

Estábamos en el balcón del hotel, disfrutando de nuestro desayuno. Buscaba en mi mente las palabras correctas para animarlo a nuestro próximo destino.

Salté en su encima y se me escapó una risa, me sostuvo con fuerza, pero cayó sentado en el sillón.

—¿Amelia?... Uh —ríe ante mis besos en su rostro.

—¿Por qué lo haces?

—Eres mi delirio, mi anhelo, mi destrucción y mi debilidad —Sus manos se cuelan debajo de mi suéter, sus manos suben por mi espalda causándome escalofríos—. Te convertiste en la razón de mi existencia, la musa que atormenta a este demonio y lo hace un candidato directo al paraíso por tener a su lado un ángel.

—Mi destino apuntaba el cielo —Mordisquee su labio inferior—. Dicen que el infierno es espantoso, la miseria de acoger las llamas de este, pero yo estoy muy satisfecha. ¿Qué mejor que ser tocada por el Diablo?

Sus ojos brillaron y me tomó mejor encima de él.

El lado romántico de mi ruso me hacía líquido fundido.

—¿Si vamos a otro lugar a pecar? —Lamió mi cuello.

—Ummm, me tientas —Incliné mi cabeza y visualicé a lo lejos a unas sombras caminar al frente del hotel—. Primero haremos una parada turística.

—¿Qué tienes en mente?

Sonreí malvadamente.


DIME QUE SÍ © |TERMINADA| |+21|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora