~TEMAS PENDIENTES~
James Lebedev
Tuve que esperar a la mañana mientras arreglaba los asuntos de la Bratva. Estar en el pent-house esclarecía mis recuerdos. Las sombras se habían quedado limpiando nuestro desastre, el dueño del aeropuerto ahora siendo un amigo y fiel cliente.
"Recuerda, para que veas que tuve a tu mujer, fue mía y lo disfrutó."
Me culpo por haberte dejado hacerlo maldito árabe. Vas a arder por tocar a mi mujer y por querer pasar mis herederos, los tuyos.
Borraría cada rastro de ese hombre, Amelia volvería a ser mía, mi mujer, la Reina, mi vida.
Ordené que nos dirijamos hacia mi empresa, iba a ser un año que no lo pisaba, dejaría todo en orden antes de ir por ellos.
Al llegar, los de recepción se impresionaron cuando me vieron, saludaron nerviosos. ¿Por qué presentía que algo no andaba bien?
—Revisen todas las plantas. —Robert asintió mientras me subía al ascensor con dos sombras.
—¿El bonsái de su piso también? —preguntó. Me detuve y lo miré de mala manera.
—No te hagas el chistoso.
Sin embargo, una sonrisa se me escapó. Pulsé el botón escuchándolo dar órdenes.
Karla no estaba en su puesto, el teléfono sonaba y sonaba, la música se escuchaba en la sala de conferencias. Fui a esta y me encontré con mi hermano bailando en la mesa, con unos socios y sus secretarias como si estuvieran en plena discoteca.
—¡Señor Lebedev! —gritó agudo un socio.
Mi hermano giró lentamente sonriendo nerviosamente. Miré a Karla, quien tenía unas maracas en las manos. Las soltó y se encargó de sacarlos a todos.
—En mi defensa, diré que la farmacéutica abrirá una nueva sede y que tendrás un nuevo hotel en Japón, en una semana tendremos que ir. —Se bajó de la mesa y me acerqué para agarrarlo de la camisa. —¿Qué tienes con mis camisas?
—El árabe se lleva a mi familia y tú te atreves aceptar un trato con los japoneses sabiendo los problemas que hay ahí. ¿Eres imbécil?
—Atracaron una mercancía en Italia, y los Ivanovich no completaron el pago —dice Robert.
El maldito crío no se me iba a escapar al igual que mi hermano.
Afiancé mi agarre al sentir sus manos tratar deliberar las mías en su camisa.
—Arregla esa mierda, aplaza el tiempo.
—Me sé defender solo —bufó.
—Lo sé, pero no volverá a pasar lo de antes, fue su maldita gente la que te atacó. ¿Crees que no lo intentarán de nuevo al pisar su territorio?
—Pensé que estaba arreglado con Raiden devuelta. —Lo dejé ir y se acomodó su camisa—. Sé defenderme ¿Puedes confiar en mí esta vez?
Se fue hacia el otro extremo de la oficina, acomodó los documentos que estaban esparcidos. Confianza, depositaría mi confianza en mi despistado hermano.
—Vivo, sin discusiones —sonrió.
Escuchamos un grito y nos miramos de reojo antes de salir apresurados.
Una sombra estaba en el suelo, ensangrentado, mientras era ayudado por otro. Los renegados estaban en mi puto edificio, uno de ellos tenía a Karla con su daga en su cuello detrás del escritorio. Los otros se mantenían en mi recepción con sus sables.
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DIME QUE SÍ © |TERMINADA| |+21|
Storie d'amore✔️Historia COMPLETA Las decisiones marcan tu vida, amar al Diablo está prohibido, pero ¿si tú eres su Perséfone? ¿Qué serías capaz de hacer por amor? ¿Seguirías al Diablo, te quemarías con él? ¿Dirías que sí? Los juramentos se pueden romper, los ac...