DIME QUE SÍ © |TERMINADA| |+21|

CAPÍTULO 59

~EL MUNDO QUE CREAMOS~

Amelia Ferrer

Salí de la habitación con el rastro de sangre perdiéndose en mi vestido escarlata. Las fichas estaban puestas, tenía que dar mi próximo paso.

Robert estaba enfrente de la puerta, me miró asustado cuando me inspeccionó.

—¿Jefa?

Aitor venía comiendo una hamburguesa distraído y confiado en que nada le iba a suceder. Ironía de la vida que antes me encerró para que no estuviera con el Diablo y ahora me llevaba con él.

—Mmm, Robert hacen unas hamburguesas exquisitas, te estaba trayendo uno, pero terminó... —lo miré con una ceja alzada— ...en mi estómago.

Me acerqué a mi hermano, su boca abierta de la impresión, tomé la hamburguesa y se la di a la sombra, delicadamente porque le tenía respeto a la comida. Volví con él y agarré su cabello para hacerlo caminar. No se opuso ante mi atrevimiento solo se quejaba.

—Ahora harás lo que te diga por lo que acabas de hacer —Seguí arrastrándolo hasta el ascensor. —¡Entra a verlo Robert! —grité, ofuscada por la situación. —Te aliaste con él ¿no es así? Estoy intentando olvidarlo y tú...

—¡No eres feliz y lo sabes! El árabe solo es un pelele, no lo quieres, no puedes hacerlo, los niños son copias del ruso, el hombre que amas. Además...

—¡Ya basta! —grité frustrada.

—No te veo feliz, él recordó y está muy arrepentido, ¡Dios, ambos están sufriendo! ¡Mereces ser feliz de nuevo!

—¡Sufrí por su culpa! Casi me pierdo a mí misma, por eso le disparé —le contesté, metiéndolo al ascensor.

La sorpresa reflejada en su rostro me incomodó.

—Tú —susurró incrédulo—. ¿Qué? ¡¿Tú qué?! ¡¿Estás loca?!

—Sí, sí, ¿y? —Miré a mi traidor hermano a través del espejo del ascensor. —Una vez Aitor, ¡una vez me encerraste! Por no querer que esté con él y ahora, prácticamente me arrojas a sus brazos cuando sabes todo lo que pasé.

Di la vuelta y miré su sonrisa. Le di un golpe en su hombro y volví a darle la espalda cruzándome de brazos.

Su rostro de felicidad me hizo encogerme en mi lugar. ¿A quién iba a engañar? Sus recuerdos han vuelto y me quiere de vuelta.

No le puedo negar que vea a nuestros hijos, son nuestros. Dolía recordar sus palabras tan frías, tan carentes de amor, donde una vez fuimos felices y luego por el accidente todo fue oscuridad.

Una débil sonrisa se asomó en mi rostro y mis lágrimas bajaron por mis mejillas. Él ha vuelto.

Amenacé a mi hermano que nos llevara de vuelta a la casa del árabe, había notado sus intenciones de llevarme a otro lado. Pensaba en lo que había pasado, lo había hecho, su respiración entrecortándose mientras me veía sonriente. Su sangre manchando mis manos, lo había dejado en la cama y esperaba que Robert se encargue de él.

—Me falló Aitor, cuando creía que todo podía mejorar, él fue otro.

—Perdió la memoria, no debió jugar contigo, le di su merecido por ello. Anhela a su familia devuelta, los recuerdos lo están destruyendo, por las acciones que cometió. —Apretó mi mano en mi muslo—. No te mientas, intentas seguir, pero mientras veas su imagen en tus hijos será difícil.