|Libro #1 de la Saga Time|
Kyla Jones recién graduada en derecho e hija de un importante fiscal, comienza a trabajar cómo asesora fiscal para el equipo de fútbol americano de San Francisco, dónde conocerá a los chicos que le cambiarán la vida.
Una...
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Nate
Quedan dos días para el partido benéfico y Kyla parece que va a explotar. Vive en constante nerviosismo por si Jackson se entera. Conociéndola se las habrá ingeniado perfectamente para que eso no ocurra.
Estamos intentando organizar los equipos para dicho evento. El entrenador Brown se pellizca el puente de la nariz, al recibir por décima vez una negativa.
—Vamos a ver, no es tan complicado —habla el entrenador—. Hacéis dos grupos y listo. Podéis hacer los grupos de los entrenamientos, me da igual. Pero decidíos ya o Kyla va a bajar a gritarnos.
—No me parece justo —habla Rogers, el nuevo.
Se incorporó a los entrenamientos ayer y ya está tocando los cojones.
—¿Por qué cojones no te parece bien? —Hunter levanta una ceja en su dirección.
—No he tenido tiempo de conocerlos, no tengo ni idea si el equipo en el que voy es bueno o no. No me parece justo.
—Chaval, es solo un partido benéfico, no hay ganadores o perdedores. Solo hacemos esto para recaudar dinero para el hospital —dice el entrenador.
—Igualmente, me parece mal —reitera.
—Bien, pues entonces hacemos dos capitanes y que elijan sus integrantes ¿Eso te parece bien? —propongo, harto de esta estúpida discusión. El chico asiente.
Por fin.
—Nate tú serás uno de los capitanes. Rogers, tú serás el otro —sentencia el entrenador, a lo que todos asentimos—. Rogers elige tu primero, por ser el novato.
«Y un toca cojones»
El entrenador me mira para comprobar que me parece bien, a lo que asiento sin problema. No tenemos quince años, realmente no me importa quien esté en mi equipo, me llevo bien con todos.
—Gracias, entrenador —«adulador»—. Elijo a Hunter —sonríe de oreja a oreja
El vestuario se queda en silencio. Los chicos alternan su mirada de Hunter a mí sucesivamente, esperando nuestra reacción.
—No —hablamos a la vez.
—¿No decías que solo era un partido benéfico? Solo es para la felicidad de los niños enfermos y para recaudar dinero —esta vez pone una sonrisa inocente.
—Escucha novato, te voy a explicar cómo funcionan las cosas por aquí —Hunter se aproxima a él hasta estar enfrente—. Nate y yo vamos juntos, siempre. Sin excepciones ¿Comprendes?
—Entrenador, usted ha dicho que no importaba con quién jugáramos. Además, deberían probar cosas nuevas y hacer jugadas con otra gente ¿No cree?
Si piensa que el entrenador caerá en su juego, está muy equivocado.
