TIMEOUT

Nuevos comienzos

Kyla

No voy a mentir, me siento demasiado fácil por haber perdonado a Nate con tanta facilidad, soy incapaz de resistirme a él.

Ya está, lo dije.

Aunque soy consciente del ritmo vertiginoso al que vamos, no soy capaz de frenar mis impulsos en cuanto él. Por un lado, mi cerebro me pide a gritos que piense un poco más en la situación, pero por otro, mi corazón me obliga a olvidarme de todo y estar con él.

Y por primera vez en mi vida, voy a hacerle caso a mi corazón.

Debo darme prisa o no llegaré para el inicio del partido. Aún estoy en mi despacho con una montaña enorme de papeles encima de mi escritorio. Sin más, decido dejarlos para mañana, quiero estar en el partido.

Apresurada me dirijo hacia el vestuario.

—Kyla —Jackson me llama cuando nos cruzamos en la puerta del vestuario—. No están ahí. Están en el pasillo del campo.

—Gracias.

Casi corro para llegar a tiempo.

—Pareces un bulldog.

Hunter se ríe al verme llegar jadeando.

—¿Dónde está? —hablo entrecortada por el esfuerzo.

—Nathaniel —lo llama. Estaba a punto de salir al campo—. Tienes a una asmática aquí.

Se va riendo, mientras su amigo se acerca hacia mí.

—¿Estás bien? —se preocupa al llegar a mi lado.

—Quería desearte suerte —coloco mi mano en su mejilla.

—Estoy seguro de que ahora vamos a ganar.

—Yo no estaría tan segura.

—¿Qué nos apostamos?

—Una cena —besa mi nariz—. Si ganamos vienes a cenar conmigo.

—Yo también salgo ganando —me río—. Creo que no has entendido el juego ¿Qué pasa si pierdo?

—También vienes a cenar conmigo. Ganamos los dos.

—Me parece perfecto.

—Nathaniel Davis. Trae tu culo aquí ahora mismo —John le llama.

—Surte.

Beso, sus labios, haciendo que todos silben.

—Estaré viéndote en el palco. Ahora vete o me matarán.

Me guiña un ojo y deja un casto beso antes de atravesar la puerta del túnel hacia el campo.

Han ganado el partido, aunque da un poco igual, tendría una cena con el de todas maneras.