Todo de maravilla

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Kyla

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Kyla

—¿Entonces no hay nada?

Thomas suspira ante mi pregunta. Es la cuarta vez que se lo pregunto en menos de cinco minutos.

—No, Kyla. No hay nada —pone una mueca—. Escucha hay algo que no sabemos, es imposible que todas las pruebas hayan desaparecido y que los testigos no quieran hablar con nadie.

—Ya pero ¿Porque mi padre querría joder a Hunter? No tiene lógica.

—Para joderte a ti.

—Pues lo está consiguiendo.

Apoyo mi espalda al respaldo de la silla de mi despacho. Echaba de menos estar aquí, ayer me fui directa a mi apartamento al salir de la reunión con los jugadores.

Jackson insistió en que descansara y recargara pilas. Si no no estaría lo suficiente descansada para trabajar hoy.

Y tenía razón. Ciertamente le agradezco que insistiera tanto.

Debo admitir que me recorrió un escalofrío al entrar a mi departamento. Estaba tal cual lo dejé por lo que los recuerdos no tardaron en invadir mi mente.

—¿Hunter ha recibido más mensajes?

Alexandra pregunta, levantando la vista de su portátil.

Es una genia.

—Eso es, los mensajes.

—¿Qué tienen? —pregunta confundido, Thomas.

—Si podemos averiguar quién los envió, podemos descubrir quién está detrás todo esto.

—¿Es que no es obvio que es tu padre?

—Sin pruebas no podemos hacer nada, Thomas ¿Acaso no recuerdas nada de la universidad o que?

Thomas no replicó, pero aparto la mirada molesto.

—¿Hunter aún tiene los mensajes? —Nico, como buen hacker ya tiene un plan en mente.

—Si, creo que si.

—Tráeme el móvil, vere lo que puedo hacer.

—Silvia —llamó la atención de la psicóloga—. ¿Podrías ir tú?

—Lo siento, pero no sé cómo llegar. No me conozco el estadio.

Sonrió apenada.

Venga Kyla, ya hemos hablado de esto. Afrontar los problemas de cara.

Me levanté de la silla, resignada. A esta hora debían estar en el gimnasio o eso es lo que John me comentó esta mañana. Aún no había llegado mi bebé, por lo que me vinimos juntos al trabajo.

Me planto delante de la puerta, planteándome si entrar. Tenía que hacerlo, pero no quería. Sin pensarlo más, asomé mi cabeza por la puerta y empecé a buscar el cuerpo de King.

TIMEOUTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora