Una niña de papa más

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Para celebrar las 10k aquí tenéis el primer capítulo narrado por Hunter.

Antes que nada, muchísimas gracias por las 10k lecturas y por todo el apoyo que le dais al libro !!
(y a mí) Se que soy muy pesada pero nunca me cansaré de agradecer todo lo que hacéis :)

Se que muchas amáis a Hunter (hola Valentina 😉), yo incluida, así que depende de si os gusta el especial, podría ser que narrara más capítulos des de el punto de vista de Hunter, o contará más cosas acerca de su vida.

Ahora si, sin más dilación...
Espero que disfruten 🏈❤️

(Recordar que este capítulo se desarrolla al principio de la novela, en el primer día de Kyla, es como un flashback)

(Recordar que este capítulo se desarrolla al principio de la novela, en el primer día de Kyla, es como un flashback)

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Hunter

Joder, puto miércoles.

Odio los miércoles, odio a todo el mundo.

El entrenador se ha cebado haciéndonos hacer lagartijas y abdominales. Cada miércoles le da por hacernos hacer este tipo de mierdas, dice que necesitamos estar en forma y mejorar nuestro rendimiento físico.

Es curioso que él lo digo, teniendo en cuenta que nunca sube por las escaleras porque se cansa. Él lo llama tener sesenta y dos años. Yo lo llamo cerveza.

Además, mi físico esta de puta madre.

Nate se acerca a mí cuando estoy bebido agua en el banco, está igual o más cansado que yo. Desde siempre ha odiado los días de físico, en la universidad siempre se escaqueaba de hacerlo, aunque luego el entrenador le hacía hacer el doble.

—Joder, no sé cómo no te cansas hermano —prácticamente se desploma encima del banco, tirándose la botella de agua por encima la cara.

Parece un perro salchicha que ha sido obligado a andar dos minutos.

Es obvio que estoy cansado, pero no lo voy a demostrar. Mucho menos ahora, que le junta esta muy pasada con nuestra actitud y no sé que tonterías más.

—No es mi culpa que seáis unas princesitas —le lanzo la toalla para que se seque un poco.

—Curioso que lo digas tú, cenicienta —me golpea el hombro de broma.

Le devuelvo el golpe, aunque el mío no va de broma.

Desde la universidad me ha llamado princesa, sabiendo que odio que me llame así, por eso lo hace.

Durante estos años ha variado de princesa según el día, gracias a Madi que nos hizo ver todas las películas de las princesas Disney.

De verdad amo a esa niña, pero odio cuando nos hace ver esas cosas. Encima nos hace ponernos mierdas raras en la cara, dice que es bueno para el cutis. Tiene ocho años, su cutis está perfecto.

TIMEOUTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora