Kyla
Oigo el sonido del despertador, pero lo ignoro para acomodarme mejor sobre el cuerpo de mi novio.
Me encanta decir esa palabra.
Aprieta un poco su agarre en mi cuerpo cuando suena una segunda alarma. A la tercera, Nate se mueve haciendo que deje la comodidad de su pecho, hundiendo mi cara en la almohada. Empiezo a notar unos besos por mi columna, que ascienden hacia mi cuello. Me quejo un poco, pero para nada me aparto.
Primero porque sé que Nate habitualmente hace lo mismo, me provoca para que me despierte y luego no hace nada. Segundo, estoy demasiado cansada para siquiera respirar.
Estos últimos días, he estado saliendo aún más tarde de la oficina.
A el quarterback no le hace ninguna gracia que dedique tantas horas a la oficina. Ni siquiera salía a ver a los chicos o bajaba a desayunar con todos.Estaba matándome a trabajar, pero necesito que entienda que en esto consiste mi trabajo.
El muy traidor, llamó a Keith.
Ni siquiera sé cómo consiguió su número —pero interpreto que fue el entrenador. Mi hermano se encargó de echarme la bronca y reclamarme que necesito horas de descanso y desconexión de la oficina, porque si no me voy a saturar. Sabe perfectamente que no lo haré, pero debía intentarlo.
Sea lo que sea, está claro que ahora solo estoy al pendiente del caso de Hunter.
—Ignorar la alarma no hará que se retrase la hora, hermosa.
Saco mi cara de la almohada, girando mi cuello para observar su hermoso rostro bien.
—Pero así consigo que me des mimos —sonrió de forma inocente.
—Sabes que solo tienes que pedirlo y te los doy mi sexy abogada —me da un rápido beso e intenta separarse, pero cojo su nuca acercándolo hacia mí, provocando un beso más duradero—. Kyla.
—¿Mm? —dejo besos por su cuello, sabiendo lo que provoca en él.
—Vamos a llegar tarde —reclama una vez más, en un suspiro pesado, aunque tampoco hace el amago de apartarme.
—Si desayunamos por el camino no.
Pongo mi mejor sonrisa, mientras miro sus ojos, los cuales se dilatan cuando paseo mis uñas por sus hombros.
—Te odio.
Esconde su cara en mi cuello, ahora es el quien da besos en mi cuello. Levanta un poco la camiseta —suya, por cierto— que utilizo para dormir, para pasar sus labios por mi barriga, descendiendo hasta mis muslos, donde deja besos y mordiscos.
¿No irá a...?
Hundió su cabeza, lamiendo suave y delicado, provocando que me estremeciera.
—Quieta.
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TIMEOUT
Romance|Libro #1 de la Saga Time| Kyla Jones recién graduada en derecho e hija de un importante fiscal, comienza a trabajar cómo asesora fiscal para el equipo de fútbol americano de San Francisco, dónde conocerá a los chicos que le cambiarán la vida. Una...