Ser parte de la realeza no es sencillo, mucho menos cuándo por accidente todo un reino se ve sometido a una transformación total.
La supuesta causante de la transformación de todo el reino es nadie menos que su propia princesa, y todo por estar prac...
Advertencia Este capítulo contiene escenas de violencia. Seguramente algo más. Leer con precaución.
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El grueso muro de escudos avanzó contra Nonek, intentando atraparlo en medio del puente para acabarlo fácilmente con magia. Los magos restantes rápidamente arrojaron un sin fin de hechizos a sus compañeros, volviéndolos más fuertes, más rápidos y resistentes que antes. Pero, ¿todo esto serviría de algo?
Al final de todo, sólo estaban ahí para impedir su paso, no para vencerlo, y ni siquiera estaban seguros de poder lograr aquello. Sus lanzas al frente, intentando alejar a Nonek de sus escudos, sólo serían un estorbo para cuando sus formaciones se rompieran. Todo el esfuerzo que hacían se volvería en polvo, y nada podrían hacer.
Nonek avanzó, lenta y confiadamente por el puente. Los pasos de los guardias no lo intimidaban en lo absoluto, y de hecho, eran los mismos guardias quienes temblaban mientras más cerca estaban de él. Sus instintos les gritaban sobre la amenaza, sus instintos les advertían del peligro. Pero ellos no quisieron oír. Mientras más cerca estaban, más evidente era, Nonek tenía algo bajo la manga, algo que resultaría letal. A tan solo siete pasos se encontraba esa densa muralla de escudos de él. Tan sólo siete pasos.
—Ingenuos.— Repentinamente les dijo Nonek a los guardias, quiénes sin detenerse sintieron cómo sus corazones se aceleraban. —Debieron haber obedecido a sus instintos y escapar mientras se los permitía. Ahora nada más me queda derramar cada una de sus lágrimas mientras manchan este puente con sangre.
Nada más estiró su brazo hacia aquel muro y un círculo mágico de un color morado apareció frente a la palma de sus manos.
—"Llamas Malditas".
Luego, siete círculos mágicos idénticos al que tenía en su mano aparecieron a sus espaldas, formando un círculo más grande. Los magos al verlo no soportaron el miedo y huyeron despavoridos mientras una inmensa oleada de fuego oscuro se comenzó a desprender de los círculos mágicos, golpeando los escudos y consumiéndolos, golpeando a los guardias y desintegrándolos, golpeando a los magos para evaporarlos, golpeando la mansión para quitar una buena parte de ella que se volvió cenizas. Todo que se interponía a su paseo fue eliminado, tan sólo debía llegar con él noble y terminar todo de una vez.
—Mi señor, el carruaje fue interceptado. Dentro de poco nos reuniremos en el punto establecido anteriormente.— Sonó una voz extraña en la cabeza de Nonek, quien respondería al llamado de los observadores.
—Bien, no hay modificaciones en los planes, sigan así.
Y caminando hacia la entrada de la mansión, la abrió de par en par mientras era recibido por más guardias que no tardaron en conocer el filo de su espada. Los observadores rodearon al grupo de aventureros mientras la gente de la ciudad corría desesperada en todas direcciones, intentando apagar el fuego de manera inútil o rescatando sus pertenencias mientras podían.
