43. - Capítulo VII : Sangre Joven

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—¿Entonces adoran a Cosmos como su creador?— Preguntaría Nonek mientras conversaba con Aki.

—Algunos adoran a Cosmos, otros adoran a los grandes héroes legendarios. Nada más son leyendas muy antiguas escritas en roca. Los primordiales son algo cierto, se han visto poco pero dejan en claro que son criaturas muy poderosas.

—Ya veo... Entonces explican los fenómenos actuales con dioses aún.

—¿Eh?

—Olvida lo que dije.

Entre las ramas de los árboles, criaturas escondidas observaban a ese gran grupo avanzar. El aura que emitía cada observador era neutral, a excepción de Scarlet, Aki y Nonek. Scarlet emitía un aura positiva-negativa. Tan alta como baja, señal de que es capaz de sufrir un cambio tan repentino que se vuelve imparcial a la hora de tomar una decisión.

Aki emitía un aura positiva, un alma buena y pura incapaz de realizar acciones injustas. Y Nonek emitía una de las auras mas oscuras de todas. Tenebrosa, corrupta, quebrada, y por sobre todo, caótica.

Las dríadas no dejaron pasar esa gran señal de peligro por alto. Era tan grave que incluso algunas se aterraron en su presencia. Era intimidante, era hostil, era la clara imagen de lo que alguna vez fue el peor de todos los monstruos en toda la tierra. Su mero recuerdo traía desesperación a aquellos que lucharon una guerra de antaño. 

Los observadores habían sido incapaces de detectar la presencia de las dríadas debido a una poderosa magia que las mantiene alejadas del radar mágico. Pero eso era cosa de niveles. Nonek que era muy superior a sus observadores en cualidades mágicas si fue capaz de sentir la presencia de las dríadas, preparándose para un combate del cual esperaba no librar.

—Aki, estamos rodeados. Continua caminando, no mires a otros lados.

Inquietándose, tan solo afino un poco mas sus sentidos.

—¿Sabes lo que son? No puedo diferenciarlos.

—Algunos espíritus y dríadas. Debieron haber percibido mi presencia.

—¿Tu presencia?

—Ya lo sabes, intentó ocultar mi aura, pero de estos seres tan mágicos es más difícil. Soy algo idéntico a un demonio ante sus ojos.

—¡¿Un demonio?!

Nonek le pidió que bajara la voz con una seña muy clara, intentando pasar inadvertido ante sus espectadores. Razón por la cual Aki hablaría en voz baja.

—¿Cómo fue que se te ocurrió cruzar este bosque con un aura tan maligna como esa?

—Mantiene a las criaturas salvajes alejadas. Por lo general nadie se atrevería a enfrentar algo tan vil como yo.

De un segundo a otro fueron rodeados por un número excesivo de dríadas y espíritus del bosque. La seguridad del bosque con su presencia estaba comprometida, y según la violencia que este emitía se requería una gran fuerza para liquidarlo.

Los espíritus del bosque eran transparentes y brillantes, algunos con formas humanoides, otros mas semejantes a los animales como grandes ciervos. Emiten una energía de paz, a veces de piedad o crueldad.

Las dríadas eran criaturas humanoides de radiante belleza, sobreprotectoras y de gran fuerza espiritual. Se ocultan entre la naturaleza dependiendo de la estación del año y dependen mucho de su entorno para trasladarse.

Cuando un demonio o una entidad maligna se acerca al bosque son las dríadas y los espíritus quienes salen a su encuentro para erradicarla. Así como irradian paz, son capaces de traer mucha destrucción.

La Princesa Vampiro; Un Mundo DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora