25. - Capítulo IV : La Rosa Escarlata

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Parte 2

Una vez que la hechicera lo consiguió. Sus ya cansadas piernas no fueron capaces de mantenerla de pie más tiempo. Y tras un horrible crujido, terminó por caer luego de haber dado unos pasos al frente, acercándose a Nury Dit Kaye.

Sus rodillas golpearon fuertemente el suelo, lastimándola más de lo que ya estaba.

¿Qué piensas hacer, hechicera?— Preguntó Nury Dit Kaye.

La Rosa Escarlata bajó su rostro, casi como una reverencia ante ese enorme dragón de fuego vivo. Y habló con su dulce voz, tan frágil y suave como adolorida.

¡No cederé ante nadie!— Respondió. Luego, tomándose unos segundos en silenció, dedico unas palabras a alguien a quien estimaba mucho. —Perdóname, Oriax.

Tras aquello, alzó su rostro hasta ver los ojos de Nury Dit Kaye. Y bajó sus rodillas se formó un círculo que ejercía una presión abismal sobre el suelo, quebrándolo en trizas mientras se formaba rápidamente trazo por trazo.

Sus líneas eran bruscas, sin formas. Su único color era el rojo vivo. Sus símbolos pertenecían a las series prohibidas en el mundo, aquellas mismas que fueron prohibidas por la iglesia de los grandes héroes legendarios.

Usarlas nada más conllevaría a la putrefacción del alma en el individuo. Y aquel estado de putrefacción equivalía a un dolor agonizante acompañado de marcas visibles.

Cuando el círculo se completo tras un par de segundos de formación, todo el suelo bajó el círculo fue destruido en cientos de pedazos.

"Invocar Elemental de agua Superior; Sacrificio de Sangre"— Pronunció. Y toda la sangre que había derramado se reunió sobre ella en una esfera de tal líquido, quedando aún mucho por pagar.

Entonces, de su herida en el abdomen comenzó a brotar mucha sangre que directamente fue a parar en aquella esfera sombría. Y para cuándo el precio fue satisfecho, ella ya estaba tan pálida que pareciese que ya hubiera muerto.

Sin embargó, no fue así, todavía no.

Aquella esfera de sangre se comprimió con fuerza, convirtiéndose en una pequeña esfera de unos dos centímetros de radio. Misma cual, sin previo, estalló frente a los ojos de Nury Dit Kaye.

Frente a él yacía aquella aberración. Un Elemental de Agua casi en su máximo estado.

Gracias a la sería maldición de "Sacrificio de Sangre", La Rosa Escarlata fue capaz de conjurar un hechizo de invocación a niveles nunca antes vistos.

Era un monstruo enorme, alcanzando los cuarenta metros con facilidad. Sus dos extremidades eran largas y delgadas. Su cabeza era una de las únicas partes del cuerpo que mantenía algo sólido, cómo una armadura.

En su arsenal había una gran variedad de ataques y hechizos. Incluso, representaba una amenaza para Nury Dit Kaye, quien ya estaba realmente desquiciado ante todo.

Sin dudarlo mucho, se abalanzo contra la hechicera para darle fin. Sin embargó, un golpe inesperado lo dejó en el suelo.

El elemental de agua había realizado su ataque. Y tomando entre sus brazos el cuerpo de su invocadora, la integró en su cuerpo, curándola con su agua sanadora.

Fue entonces que Nury Dit Kaye lo entendió. Era un cascarón que protegería a la hechicera mientras restablecía sus fuerzas. No importaba cuán herida estuviese, el agua de un elemental de dicho elemento es curativa para su invocador, y es veneno mortal para sus enemigos.

La Princesa Vampiro; Un Mundo DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora