La abundancia de oscuridad a su alrededor la desconcertó a la hora de despertar. Aún se encontraba en el calabozo, en el mismo lugar en el cual había terminado por caer rendida hace unas horas.
Estaba en total soledad en la fortificación, sin una sola alma en los alrededores fuera de ella misma.
—"Brillo Permanente"— Conjuro. Acto seguido, en su palma apareció una pequeña esfera de luz. Aquella emitía sin interrupciones un poderosa luz que iluminaba esa densa oscuridad que rodeaba a La Rosa Escarlata.
Alzando su mano aún más, dejó en plena levitación aquella esfera. Y al retirar la mascara de su rostro la observó. Aquellas marcas aún permanecían, incluso tras todo ese tiempo transcurrido. Suspirando pesadamente, volvió a colocarse la mascara con cuidado. Pará luego levantarse con su potencial en su esplendor.
Y observando el calabozo por una última vez, decidió abandonarlo para ir en busca de aquellos que escaparon.
Caminando en aquellos oscuros y silenciosos pasillos, pudo sentir que algo no estaba muy bien. A su lado, aquella brillante luz que iluminaba su alrededor, pareció haber notado algo.
Desviándose de su trayectoria hacia otro pasillo pudo encontrar a una chica acurrucada en la esquina de un cuarto. Tenía una grave herida en el abdomen, pero no tenía manera alguna de poder curarla sin sus pociones.
Observándola más atentamente, se percató que estaba aferrada a un cuchillo en sus manos. Debió haber escapado de los goblins cuando ellos se las habían llevado.
No es cómo si pudiera hacer mucho al respecto, pero utilizó un hechizo que ayudaba mucho a esas almas frágiles. Y conjurando el hechizo de "Corazón de león" consiguió que ella se aliviará.
Fuera de la fortificación, tan solo quedaban tres individuos esperando a La Rosa Escarlata.
Se encontraba el goblin paladín y dos hechiceros de la luna sangrienta.
El goblin paladina era un oponente de temer. Su título se debía a sus imponentes hazañas en combates. Habia derrotado a los aventureros de rango alto cómo lo era el Orichalcum, y por ello, juntó a sus increíbles dones para la espada, es que resulta ser un enemigo terrible para aquellos que no estén preparados para una batalla desigual.
Por otro lado, aquellos dos hechiceros de la luna sangrienta eran necrománticos de bajo nivel, con la estupenda capacidad de no morir hasta perder todo el poder que tienen.
El goblin paladín estuvo esperando pacientemente la llegada de su oponente, incluso cuando todos ya habían huido. Le resultaba muy atractiva la idea de poder matar a un rango Nekromantium. ¿Qué título le otorgaría eso? Seguramente lo volvería un dios goblin, o algo por el estilo.
Para su sorpresa, aquella a quien estuvieron esperando había aparecido. Caminaba lenta y confiadamente por las largas escaleras que llevaban hasta la salida. Los hechiceros goblins prepararon un par de hechizos y los arrojaron tan pronto cómo estuvieron listos.
Aquellos hechizos de tercer nivel poseían características oscuras, y prometían ser bastantes fuertes. Sin embargó, nada le hicieron a la gran hechicera que caminaba delante de ellos. Ella simplemente había mostrado su palma a los tres goblins, y en ella se veían dos corazones latiendo aún.
Esto los tenia desconcertados. La Rosa Escarlata, con impaciencia, presionó con fuerza ambos corazones, haciéndolos estallar en sangre en su propia palma.
Esta acción provocó que ambos hechiceros murieran en el acto.
Aquella reacción se debió al hechizo de alto nivel conocido cómo "Rompe Corazones". Lo que provoca una muerte inmediata en aquellos seres incapaces de protegerse de la muerte misma.
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La Princesa Vampiro; Un Mundo Desconocido
FantasySer parte de la realeza no es sencillo, mucho menos cuándo por accidente todo un reino se ve sometido a una transformación total. La supuesta causante de la transformación de todo el reino es nadie menos que su propia princesa, y todo por estar prac...