56. - Capítulo X : El Amanecer De Un Nuevo Día

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—Lo primero es el sacrificio de la carne. Un procesó tan complejo como lo es el invertir la vampirificación requiere de mucho sufrimiento.

—¿Cuánto?— Preguntó Aki.

—Normalmente y para una sola persona, el dolor se compara a una quemadura profunda en todo el cuerpo. Nadie logra tolerarlo en pie.

—¿Solo para una persona? ¿Y en mi caso?

—En tu caso no lo sé, jamás alguien había realizado un pago tan alto. Aunque siendo tu una vampiro, seguramente tolerarás mejor el dolor que el resto. El problema es que estarás pagando por casi quinientas mil personas, y eso resultará mortal, incluso para ti.— Respondió Nofilya.

—Entonces yo pagaré ese precio.— Se ofreció Nonek.

Pero entonces Nofilya lo rehusó inmediatamente.

—Tu ya aceptaste pagar el otro precio. Tomar ambos sacrificios cobrará tu vida. Ni siquiera yo podría regresarte de la muerte.

—Nonek, es mi deber como la princesa de Raewiel el bienestar de mi pueblo. Si debo sufrir una agonizante muerte por ellos, entonces lo haré.— Diría la princesa con una determinación que Nonek se rehusó a combatir.

Entonces Nonek volteo a ver a Nofilya y le preguntó:

—¿Cuánto tiempo tomará su proceso?

Y Nofilya respondió:

—Entre seis y nueve horas.

Nonek intentaría convencer a la princesa de que lo dejara a él pasar ese sacrificio, pero Aki no dejaría que Nonek se matara de esa forma, y su voluntad y convicción eran inquebrantables. Finalmente, Nonek cedió y Aki pasó al frente, lista para superar el sacrificio.

—Estoy preparada.

Nofilya paso al frente, acercándose al gran árbol de las especies. Utilizando un pequeño trozo de hueso que había empleado en su ritual, retiró algo de agua del puro manantial que alimentaba a aquel árbol. Y acercándose a la princesa Aki, le entregó aquello, indicándole que debía beberlo todo, y luego sentiría los efectos del sacrificio comenzar.

Aki lo bebió sin problemas, incluso, tras unos segundo se veía con completa normalidad. Por unos segundos todos aguantaron la respiración, y de pronto, Aki comenzó a experimentar un fuerte dolor en su frente, mismo que se esparció a toda el área de su cabeza, volviéndose algo sumamente infernal de soportar.

Aun así, se mantuvo de pie, tolerando con gran resistencia el abundante e insoportable dolor que su cuerpo comenzaba a sufrir.

Pero, aún así parecía estar tomándolo con calma. No parecía que fuese a empeorar fuera de eso, y Nonek estaba aliviado por ello.

Hasta que un repentino golpe derribó flojamente las piernas de Aki, como si de fideos se tratasen. Y en su infinita agonía, el dolor se volvió en lo único en que su mente se pudo concentrar. Desesperadamente comenzó a gritar como nunca antes. Gritos que penetraron en las almas y oídos de los presentes.

La princesa intentó tolerarlo, pero fue ridículamente imposible, sin importar que posición tomará, al final el dolor provocaba pequeñas convulsiones en todo su cuerpo, mismas que se volvían más fuertes con el pasar de los minutos.

Tirada allí, en el piso, Aki comenzó a retorcerse agresivamente por el dolor. Mordía con desenfrenada fuerza su brazo para evitar los gritos, pero era imposible callarlos. Su sangre mancho sus labios, y con el pasar del tiempo sus gritos perturbaron a Nonek, quien intentó ayudarla a como diera lugar.

La Princesa Vampiro; Un Mundo DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora