Durante el viaje de regresó, habían decidido tomar más descansos de lo normal. Nonek intentaba organizar sus ideas mientras la princesa Aki se veía cada vez más afectada por los efectos de vampirificación.
Su mente se estaba viendo atormentada por todos los cambios, pero en su rostro ni una sola expresión. De vez en cuando una pequeña sonrisa que desapareció en segundos.
Había estado ya bastante tiempo fuera de su reino, de la seguridad de esas paredes, y de algún modo no sentía nada.
El miedo desapareció al par de días, la felicidad era la siguiente en desaparecer de su ser.
Quería sentir algo, y por ello durante el viaje intentó exponerse un poco ante un animal salvaje que pudiera controlar.
Pero, aún cuándo sus brazos eran mordidos con violencia por esas feroces bestias, ella simplemente debía sujetar sus mandíbulas y aplicar un poco de fuerza para acabarlas masacrando.
En poco días se había vuelto muy fuerte y resistente, pero el costo fue aquello que la hacía humana.
El brillo de sus ojos desaparecía constantemente juntó al deseo de aprender. Ya no le importaba demasiado, y era una de sus cualidades más fuertes, el querer conocer.
Nonek, quien intentaba simular desinterés en esos cambios bruscos, no pudo dejar pasar en alto el hecho de que su personalidad se fuera apagando. Así que, escudriñando en su dimensión de bolsillo, encontró un viejo libro de magia que había obtenido tras acabar con un viejo hechicero tacaño.
— Te veo desanimada. ¿Ocurre algo, princesa? — Preguntó Nonek.
— No. No ocurre nada en particular. — Respondió la princesa.
— Creo haberte prometido que te enseñaría magia — Comentó, llamando la atención de la princesa, misma quien reviviria parcialmente parte de ese hermoso brillo en sus ojos. — Bueno, ¿qué te parece si nos detenemos unos minutos antes de seguir?
Nonek, aquel mismo que creía que jamás haría algo por alguien más que por si mismo, había decidido apoyar a su compañera.
Se sentía extraño hacerlo, jamás lo había hecho y por ello, culpaba a esos bellos ojos que lo mantenían preso.
Aquel rojo era el que recordaba de su pasado. Y en esos ojos le parecían fantásticos, cómo aquella primera vez que los vio en el bosque.
— Ésta bien — Respondió ella, con una sonrisa marcada en su rostro.
Durante la pausa, Nonek mantuvo alerta a los observadores, y juntó a la princesa Aki ingresaron al bosque, llegando a un punto donde no deberían ser tan fáciles de encontrar por la vista o algún hechizo de seguimiento.
Y en ese lugar, Nonek le entregó aquel libro a la princesa, pidiéndole que lo leyera cada vez que tuviera tiempo. Sería necesario para que fuera capaz de ejercer su poder mágico en el plano en que se movía.
— Primero, te enseñaré cuáles son los dos métodos para poder ejercer la magia que hay en ti. — Comenzó diciendo Nonek. — En primer lugar, está la forma de manipulación que te enseñaron, por medio de acabados conocimientos y años de práctica. Es efectiva a largo plazo pero ya estás anciano cuando dominas una fracción de su complejo poder.
— Espera. ¿Cómo pueden haber dos métodos para ejercer la magia? Es algo que pocos pueden usar, ¿Sabes? — Comentó la princesa Aki.
Nonek, esperando alguna pregunta como esa (y no esperaba menos de una princesa) tenía ya preparadas sus respuestas. Siguiendo el orden y las leyes de ese universo, respondió acordé a sus expectativas.
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La Princesa Vampiro; Un Mundo Desconocido
FantasySer parte de la realeza no es sencillo, mucho menos cuándo por accidente todo un reino se ve sometido a una transformación total. La supuesta causante de la transformación de todo el reino es nadie menos que su propia princesa, y todo por estar prac...