37. - Capítulo VI : La Batalla En Raewiel

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En los largos pasillos del palacio se encontraban las doncellas de combate frenando a los asesinos reales, mismos quienes eran enviados por aquel intruso peligroso.

El sonido del metal contra metal, las espadas contra las dagas. Las placas de hierro contra la armadura de cuero.

Aki cruzó entre la pelea que se estaba librando y corrió a toda velocidad hacia el cuarto del rey. Los asesinos al verla no reconocieron quién era realmente, pero no debía ser bueno para nada.

Unos cuantos de ellos dejaron de pelear y rápidamente se fueron detrás de ella, dándole caza.

Sus pasos acelerados hacían eco en los pasillos del palacio, cosa por la cual Aki sabía que la estaban siguiendo. Girando un par de veces de pasillo en pasillo, se encontró con un grueso de soldados que avanzaban hacia la entrada del palacio. Debía evitarlos o sería acorralada por ellos y los asesinos.

Fue entonces que giró abruptamente hacia la izquierda, dejando que la mayoría de asesinos se quedarán peleando contra los soldados, resultando en otro encuentro donde ella estaría a cargo de las vidas perdidas.

Tan sólo le quedaba un asesino del cual librarse, y pelear contra él sería una opción si tan sólo estuviera en su mejor forma.

Estaba cerca, cerca de donde estaría su padre y su madre frente ante el malvado tío que buscaba el control del reino.

Lamentó mucho la pérdida que sufrieron, en verdad. Esperaba ver algún día a la princesa Aki gobernar tu reino tal cual tu lo hiciste, hermano

El rey cubría a la reina con su cuerpo. Estaba desarmado y desprotegido, y su hermano se encontraba frente a él, con una espada manchada con sangre.

¿Por qué haces esto? ¿Es poder lo que buscas?

¡Tu no eres un rey capaz de mantener a su pueblo contentó! Ellos llevan esperando años liderar una guerra contra Flagelo, pero tú te has mantenido siempre al margen. Todo por culpa de tu estúpida hija que se acaba de morir

Abruptamente Aki cayó herida cerca de la última puerta que debía cruzar. El asesino hábilmente arrojó su daga en la pierna de Aki, dañado su muslo y derribándola juntó a un silencioso gemido.

Por favor, déjame ir — Exclamó Aki mientras intentaba protegerse de aquel asesino con sus brazos — Te lo suplico

Pero su despiadada alma no podía perdonar, tan sólo seguir órdenes y asesinar.

Acercándose hasta Aki, procuró acabar con su vida al perforar su corazón, sin embargo, antes de siquiera intentarlo una espada perforó el suyo.

Distrayéndose por aquello, se volteó a ver a una doncella de combate presente, misma quién respiraba agitada mientras llevaba un par de armas incrustada en su abdomen.

Volteandose a ver quién le había atacado por la espalda, Aki se arranca valientemente la daga de su pierna y la utiliza para cortar el cuello del asesino, mismo quién perdería toda su energía negativa al ser cortado con sangre purificada, misma que llevaba Aki en su cuerpo.

El asesino se desplomó al suelo, dejando a la doncella de combate frente a la princesa Aki, misma quién suponía que sería ella ahora quien la atacaría. Pero eso no ocurrió.

Tan sólo fueron segundos en los que cruzaron sus miradas, la doncella de combate reconoció la mirada real, la mirada que la princesa tenía. Y tras una reverencia, regresó a ayudar a sus compañeras en combate.

La Princesa Vampiro; Un Mundo DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora