"...Y siempre se ha sabido que el amor no conoce su propia profundidad hasta la hora de la separación."
Khalil Gibran
POV Armando Mendoza
Me había costado despertar una vez más.
Y no, no se trataba solo de la tristeza que tenía clavada en el pecho como una daga cuando Beatriz descubrió todo y se fue de Bogotá; tampoco se trataba de ese sueño tan perfecto en que la hacía mía, en que sucumbía a mis caricias una vez más, en ese donde compartíamos la misma cama en que ahora estaba, para luego despertar con el desasosiego al percatarme que no estaba más, que se había deslizado entre mi cama por la noche, para solo ver que a la mañana se me iba de la vida como otras tantas veces.
No, no solo era eso, ahora se añadía una separación más, una distancia aceptada pues la lejanía con ella ya estaba, y dicha separación tenía duración, tenía segundos en ella que parecían se convertirían en una eternidad sin ella.
Había aceptado compartir nuestro purgatorio, pero en mi mente egoísta pensaba hacerlo en su cercanía, y no obstante, no podría ser así, no si quería contribuir a paliar los problemas en que había sumido a la empresa, tampoco quería que me padeciera de la forma en que yo la padecía, no cuando su fantasma tenía cautiva a mi Betty y no la quería dejar salir...
Tenía que dirigirme al Dorado a eso de las ocho para tomar el vuelo, esperando a que llegara la hora pues la maleta la había preparado en la noche al no poder dormir ante tan insulsa despedida que tuve con Beatriz, pero con la idea en mente de regresar con el mismo ímpetu con el que ella regresó, para demostrarle que había cambiado, para demostrarle que la amaba desde antes que se fuera, esperando fervientemente a que me diera una oportunidad más para estar a su lado.
No tenía ánimos de viajar, no cuando todo podría cambiar en mi ausencia, sin embargo sabía que lo necesitaba, que me iba a quemar si seguíamos en esa guerra fría que habíamos montado, así que sin más, tomé un baño rápido y me alisté con la misma celeridad, preparando a Galán para mi partida, dejándole instrucciones y dinero extra a la señora que lo cuidaría, para luego tomar mis maletas y partir de una vez por todas hacia mi destino, hacia el vuelo que tomaría para Ciudad de México, el primer destino de cuatro que tendría que visitar para exponer la venta de las franquicias, esa idea de muchas que me había dado mi ángel con anterioridad.
Ya casi salía del departamento, recordando que no le dejé instrucción a Freddy por pasar por mi carro al aeropuerto, así que llamé a un taxi sin más, esperando en el lobby a que pasara por mí, cuando el celular empezó a repicar sacándome de mis cavilaciones.
–¡Quiubo hermano, lo estoy esperando! –soltó Calderón a través de la línea, con el eco que denotaba él ya se encontraba en el Dorado.
–Estoy esperando el taxi, Calderón, ya voy para allá –le contesté sin más, con la conciencia en pleno que también de él me tenía que alejar por lo menos una temporada, consciente que no podría escucharlo más despotricando contra Beatriz o burlándose de mis sentimientos como lo había hecho incontables veces en el pasado y si a esas vamos, en el mismo presente.
–¿A qué hora sale su vuelo? Pensé que lo vería acá para despedirnos –comentó el Calderón con lo que escuché eran las ruedas deslizándose sobre el pavimento.
–A las diez –le dije subiendo mi equipaje a la cajuela del taxi pues ya había llegado –¿Usted a qué hora viaja? –le pregunté mientras subía al asiento trasero del vehículo, confirmándole al conductor a donde me llevaría.
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Me enamoré por primera vez
FanfictionPartiendo desde que fue destituido como presidente, con una Beatriz huyendo de su lado y el desespero que eso le ocasionó, el regreso de ésta hasta la formalización de su noviazgo, esta historia es un POV de Armando Mendoza Sáenz. Armando Mendoza tu...