Skylar
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"No...".
"Así no es como termina...".
"No...".
"No lo permitiré...".
Skylar abrió los ojos de golpe, se sentía como si llevara largo tiempo cayendo, pero al ver la cercanía entre sus cuerpos y el suelo, se dio cuenta de que tan solo habían pasado unos segundos. La muerte se acercaba a ellos a una velocidad arrolladora y un frenesí se apoderó de ella. Buscó a Trai con la mirada, solo para darse cuenta con un vuelco en el corazón de que este seguía inconsciente. Las cicatrices en la espalda de Skylar ardieron al rojo vivo y el dolor recorrió su columna vertebral como un disparo.
Fue el sonido de sus alas al desplegarse lo que la advirtió de su presencia. Abrazó el aire con fuerza y se impulsó hacia Traian, al tiempo que lo envolvía con sus brazos justo antes del impacto.
Se estrellaron contra un tejado cubierto de nieve y rodaron cuesta abajo, para luego caer con pesadez en el frío suelo. Una pequeña avalancha de nieve cayó sobre ellos, cubriéndolos parcialmente. Para su sorpresa, el dolor de todos sus huesos quebrándose debido al impacto jamás llegó. Sus alas la habían envuelto a ella y Traian formando una crisálida, de manera que ambos se encontraban intactos a excepción del arco de Traian, que yacía hecho añicos a un par de metros junto con el carcaj.
El que pudiera acceder a la metamorfosis justo a tiempo para invocar sus alas, fue lo que mitigó su caída, salvándolos por muy poco de la muerte. Skylar se incorporó lentamente, la adrenalina embriagaba su sistema. Extendió sus alas y la nieve húmeda se esparció a su alrededor. Traian seguía inconsciente.
—"Trai..." —lo llamó a través de su conexión, con la esperanza de lograr despertarlo—. "Trai, despierta....".
Un estruendo captó su atención y Skylar se sorprendió al toparse con Esteban Goul enfundado en su armadura, blandiendo su espada ferozmente contra un peón oscuro que se había abalanzado hacia ellos. El mandoble impactó con una fuerza demoledora en los dientes de la criatura, quebrándolos en mil pedazos y cercenando la parte superior de la cabeza del monstruo. El muchacho tenía el cabello castaño revuelto y la piel aceitunada con rastros de sangre negra. Skylar apenas podía creer que se tratase del mismo chico que había conocido días atrás, durante su fallido baile de presentación.
—Señorita Skylar... —comenzó a decir Esteban, su rostro reflejando sorpresa—. ¿Se encuentran bien?
A pesar de que el rumor de la batalla se escuchaba cerca, todo parecía indicar que se encontraban en una zona limpia, sin peones a la vista. Una descarga de alivio se extendió por su cuerpo. Si hubieran caído en una zona infestada...
—Trai... No despierta... —alcanzó a decir esta, tratando de contener el temblor en su voz.
Esteban se arrodilló a su lado y miró a Skylar de manera significativa, como si le estuviera pidiendo permiso. Sus brazos se tensaron en torno a Trai y tuvo que recordarse que Esteban era un hijo de la luz y que no les haría daño. Finalmente asintió, permitiendo que Esteban examinara el estado de Trai. El chico posó su mano sobre la frente de su jinete y un leve resplandor dorado emanó del lugar en donde lo tocaba.
Esteban torció el gesto.
—Está agotado, ha usado demasiada magia...
—¿Va a estar bien...?
—Sí. Ustedes tienen el vínculo, así que mejorará, pero por ahora no puede pelear o podría empeorar.
Skylar asintió. Trai se veía tan frágil entre sus brazos... Reflejaba una vulnerabilidad que Skylar solo le había visto en su forma de lobo, cuando recostaba su cabeza sobre sus rodillas y se quedaba profundamente dormido. Parecía haber pasado una eternidad desde aquello.
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Fuego Celeste © [Disponible en Librerías]
Viễn tưởngSaga Trono de luz y oscuridad. Libro 1: Fuego Celeste. --------------------------------- Una noche, Skylar Garroway despierta entre gritos y lágrimas debido a un dolor cortante que la desgarra desde adentro. Siempre había tenido pesadillas, pero nin...