Marion
-
Durante la larga noche, el Polo Sur y por consiguiente Gealaí, se veían a merced de la luna durante seis meses al año. Aquel era el período de tiempo durante el cual los guardianes del sur, bautizaban a sus hijos a la luz de la luna, para encender la llama de los ancestros en su interior y otorgarles la bendición de la metamorfosis.
Eran meses en los que la aurora brillaba con protagonismo sobre el oscuro y estrellado lienzo infinito del cielo polar.
Cuando Marion se vio obligada a abandonar su pueblo, se había encontrado a sí misma añorando estos ciclos. Los días y noches en Irlanda siempre la habían hecho sentir ansiosa, como si todo transcurriera de forma acelerada y ella se encontrase en una interminable carrera en contra del tiempo.
Ocurría algo mágico durante las largas noches, algo que te hacía sentir dentro de un sueño. Rodeada de estrellas y las posibilidades infinitas que acompañan los momentos previos al amanecer, donde la realidad parece despertar de su letargo con la llegada del sol. Quizás era porque ella era una hija de la luna, o porque sus mejores momentos habían transcurrido durante largas noches. Fuese cual fuese el motivo, aun cuando el peligro acechaba muy cerca de ellos, no podía evitar sentir cierta felicidad por encontrarse en su tierra...
¿Y por qué negarlo? En aquella casa que la había hecho tan feliz tiempo atrás.
Luego de su regreso a la mansión, todo resultó bastante caótico. Ragnor y Skylar fueron admitidos de urgencia en la enfermería, la cual había sido literalmente conjurada al momento por Ragnor, quien creó un piso de la nada, rebosante de insumos e instrumental para recibir a todos los que lo necesitaran. Esto, aunque inmensamente altruista, también fue tremendamente estúpido, pues dado su estado actual, gastar más de su MDL derivó en un Ragnor que perdió el conocimiento antes de que pudiera siquiera acercarse a una camilla.
Claro que así era él, Ragnor siempre pensaba primero en los demás y de último en sí mismo... lo cual resultaba desesperante muchas veces, mientras que otras le recordaban a Marion el por qué ella misma no dudó en seguirlo hasta el fin del mundo en el pasado.
—Veo que estás aquí. Siempre te gustaron los lugares altos si mal no recuerdo.
"Esa voz...".
—¿Qué estás haciendo aquí? —inquirió Marion con toda la tranquilidad que pudo reunir.
Marion subió a la azotea buscando despejar su mente, aprovechando que todos se encontraban dormidos en aquel momento. No habían pasado más que unas horas desde que todo había terminado, al menos por ahora. Después de todo, la vida de un guardián se resumía en prepararse para la siguiente guerra.
Resultó ser que la armadura de Sky se había fundido sobre su piel debido a la abrumadora cantidad de poder que su cuerpo irradió en forma de fuego, por lo que Richard Goul decidió que lo mejor sería sedarla. Marion se había sentido como una leona enjaulada, impotente de que no hubiera nada al alcance de sus manos para poder atenuar el dolor de su nieta.
No obstante, Traian no se apartó de su lado ni por un segundo y Marion sabía que si había alguien verdaderamente capaz de servirle de apoyo a Sky, teniendo en cuenta las circunstancias, ese era Trai. El vínculo los fortalecía, su cercanía la ayudaría a sanar. Cuando la mansión se vio sumida en el silencio, sintió la imperante necesidad de salir. Necesitaba procesar muchas cosas y la azotea era un lugar que le proporcionaba paz.
"Y qué poco duró la paz...".
—Esa chica, Cloe, me dijo que te encontraría aquí. Supongo que ella no tenía forma de saber que te disgustaría tanto verme.
![](https://img.wattpad.com/cover/12004232-288-k198929.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Fuego Celeste © [Disponible en Librerías]
FantasíaSaga Trono de luz y oscuridad. Libro 1: Fuego Celeste. --------------------------------- Una noche, Skylar Garroway despierta entre gritos y lágrimas debido a un dolor cortante que la desgarra desde adentro. Siempre había tenido pesadillas, pero nin...