Capítulo IX: Theatre

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Skylar

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Alguien se afinó la garganta.

Skylar se alejó de Christian debido a la impresión y él la miró con ojos desconcertados mientras se sonrojaba.

—Vaya, lamento interrumpirlos —dijo una voz que le resultó conocida—. No quiero importunar, pero Marion y Ragnor me han pedido que los buscara y los hiciera pasar de inmediato.

Era Traian. Con su cabello castaño y ojos verdeazul. Llevaba puestos los mismos jeans oscuros que cuando lo vio por primera vez, pero esta vez traía una camisa azul abotonada que se había arremangado a la altura de los codos, develando unos antebrazos fuertes a pesar de su contextura delgada.

—Perdona, ¿quién eres tú? —preguntó Christian, haciendo un esfuerzo por recobrar la compostura.

—Me hieres, creí que ya nos conocíamos, Christian. Mi nombre es Traian Lovewood, pero puedes llamarme Trai —respondió el aludido, al tiempo que le dedicaba una descarada sonrisa de medio lado.

—¿Trai? —comenzó a decir Christian, dirigiéndose a Skylar—. ¿No se llama así tu perro?

Skylar se quedó en blanco. A pesar de que Christian ya no estaba cerca de ella, aún podía sentir su cercanía en la piel. Por otro lado, la presencia de Traian la distraía... más de lo que le gustaría admitir.

—Si te refieres a la forma que adopté los últimos años,"lobo" sería la palabra adecuada —respondió Traian, tomando la palabra—. Me encantaría ofrecerte una explicación, pero en verdad es necesario que los lleve adentro. Mejor dicho, a Skylar, pero como sería descortés amarrarte a un árbol mientras regresamos, me veo obligado a escoltarte a ti también.

Christian lo observó entre confundido y disgustado por el cinismo de Trai.

—¿Y me querrías decir cómo es que ahora eres bípedo? —le preguntó entrecerrando los ojos, esta vez notablemente molesto.

—Me encantaría, pero creo que supera tu triste entendimiento humano —respondió Traian de forma petulante.

Ok, creo que deberíamos entrar.

En medio de aquello, Skylar decidió dar el primer paso y adentrarse en la casa o mejor dicho mansión, ahora que la observaba mejor. Era realmente impresionante y por fuera no se parecía en absoluto a lo que había visto de ella por dentro. Sus proporciones no eran equivalentes al espacio en su interior y no se veían a simple vista los paneles de cristal que había admirado en su trayecto hacia la escalera del gran salón. Era moderna, pero al mismo tiempo tenía un aire gótico, como si alguien hubiera mezclado lo mejor de ambos estilos, fusionándolos en una única y magnífica estructura.

Los pasos resignados de Christian a su espalda y los decididos de Traian le indicaron que había logrado su cometido, evitar un momento mucho más incómodo. Dejó salir un suspiro de alivio y se adentró en la mansión.

Al ingresar nuevamente al salón, se encontró con Marion y Ragnor frente a una de las imponentes ventanas. Marion parecía más animada y Ragnor la observaba con la mirada cargada de algo... ¿Nostalgia, quizás?

—Sky querida, ahí estás —comenzó a decir Marion—. Toma asiento, por favor.

Skylar se sentó en una de las elegantes sillas del comedor con Christian posicionado a su derecha y Traian a su izquierda.

"Genial, como si esto ya no fuera incómodo".

Ragnor y Marion tomaron asiento frente a ellos, cada uno con una taza de té y al final fue Ragnor quien tomó la palabra.

Fuego Celeste © [Disponible en Librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora