Planes

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Después de aquella confesión las cosas no habían cambiado demasiado entre Sherlock y William, ya que como estaban tan acostumbrados a estar juntos todo fluía con naturalidad. Pero había ciertas cosas diferentes y especiales como los pequeños besos que compartían de vez en cuando o las todavía mas azucaradas palabras que le dirigían al otro. Aunque claramente era notorio que ahora tocaban mucho más a su compañero, ya sea tomarse de las manos mientras caminaban o algún roce un poco mas indiscreto que hacia que sus corazones latieran mas deprisa. Todavía no habían pasado de los besos y leves caricias pues sentían que no debían apresurar las cosas ya que el ritmo que llevaban los hacía sentir cómodos y aún en ambos persistía cierta inseguridad de hacer algo que al otro no le gustase. Sin embargo eso no les impedía demostrarse su amor en toda clase de formas. Por ejemplo ahora William se encontraba sentado encima del regazo de su novio mientras revisaba los exámenes de sus alumnos. Estaban en la oficina del profesor Worth la cual era compartida por el rubio y por la ventana se podía observar que el cielo se encontraba cubierto por nubes y el viento soplaba heladamente, pero ellos no sentían frio alguno pues se encontraban muy a gusto sentados juntos.

-Sherlock, tengo que concentrarme. Además me haces cosquillas- Dijo William entre pequeñas risas ya que su Sherly estaba besando la parte de atrás de su cuello.

-Lo siento, estoy comprobando mi hipotesis de que eres especialmente sensible en el cuello.

-¿No crees que has hecho eso cada vez que estamos solos?- dijo el sonriendo a pesar de que su pareja no lo podía ver desde su posición.

-Se necesitan varios ensayos para verificarlo, ¡Es por el bien de la ciencia!- sin alejar demasiado sus labios del cuello de su Liam.

-Bueno, señor científico. Solo no se entusiasme mucho con eso- mientras volvía su atención a los exámenes los cuales corregía rápidamente.

-Debo asegurarme. Creo que ya lo sabes pero cuando pongo mi atención en algo es casi imposible hacer que me concentre en otra cosa.

-Lo sé, parece que ahora solo estas concentrado en ello. No es que me disguste ¿aunque no crees que tu investigación podría expandirse a nuevas áreas?- dijo intentado provocar al otro por que era muy divertido como este reaccionaba ante palabras así

-¡Liam!- mientras estrechaba todavía mas sus brazos alrededor de la cintura del rubio y enterraba su rostro en la espalda de este él cual simplemente rio encantadora y suavemente.

-A veces es tan fácil avergonzarte, Darling-dijo con malicia, después de que ambos se volvieron novios empezó a llamarlo así la mayoría de las veces para molestarlo.

-¿Ah sí?- entonces como revancha mordió levemente la oreja de su Liam después de todo este siempre le decía cosas inesperadas solo para sacarlo de sus casillas.

-¡Ah!- dejo escapar un pequeño gemido pues el mordisco lo tomo por sorpresa.

Eso solo hizo que ambos se sonrojaran furiosamente y Sherlock no pudo resistir girar el rostro de su Liam en su dirección para besarlo. Estuvo a escasos centímetros de lograr su cometido pero alguien toco la puerta.

-William, ¿Estás allí?- era la voz del profesor Worth

-Si, ¿Necesita algo?- mientras se paraba para ir a abrirle al profesor y rápidamente se arreglaba el traje.

Sherlock solo podía maldecir su suerte pues aquel sonido de su Liam fue completamente nuevo y quería volver a presenciar otra vez el fenómeno para replicarlo infinitas veces. Mientras lo observaba caminar pensaba lo mucho que le gustaría volver a envolver sus brazos alrededor de su cadera como estaban hace algunos minutos. La puerta fue abierta y allí estaba el profesor de mas de cincuenta años, lo cuales se notaban especialmente en su cabello cubierto de canas y su cara en donde se notaban algunas arrugas.

Entre libros de química y matemáticasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora