Sherlock se encontraba buscando un libro en particular en un barrio en donde se encargaban de vender literatura que no era popular pero si muy interesante y se podían encontrar raros ejemplares. Aún recuerda cuando su Liam le comento hace unos días acerca de una novela de la que había escuchado hablar en internet y decían que era muy difícil de conseguir, intento pedirla en su tienda favorita pero estaba agotada completamente. Aquello desanimo al rubio quien descuidadamente le comento a su novio que lo mejor sería esperar a que estuviera en stock nuevamente. Cualquier otra persona hubiera dicho que aquello era lo mas razonable pero el estudiante de química tenia un gran deseo de darle a su novio todo lo que este quisiese, incluso si eso era levantarse muy temprano un sábado en la mañana para ponerse a recorrer un barrio conocido por sus innumerables tiendas de antigüedades y libros que no encontrarías fácilmente en ningún lugar.
Era bastante curioso el ambiente bohemio que había en el lugar el cual sin duda estaba lleno de personas pretenciosas y pseudointelectuales que gozaban de leer poesía "infravalorada" y cuentos escritos por autores atormentados. El estudiante de química no sabía mucho acerca de literatura que no estuviera relacionada con química, fármacos o sensacionalista, pero había hecho el esfuerzo de informarse e incluso leer alguno de los libros que su Liam a veces olvidaba en su departamento los cuales estaba completamente seguro de que eran dejados a propósito por el rubio para que los leyera. Aquella era una forma implícita en que su novio le decía que se animara a conocerlo un poco más.
-Eres tan inteligente y astuto Liam, sabes que no puedo resistirme a saber qué clase de historias te gustan- pensó con frustración una vez que termino por leerse una novela que el rubio había dejado- ¿así que te gusta el cortejo elegante? Creo que no lo he hecho tan mal.
Ahora mismo había entrado a la quinta librería que tenía un aspecto bastante curioso pues asemejaba a una tienda que salía en un libro acerca de un joven mago que iba a una escuela bastante peculiar. Se concentro en buscar en las estanterías aquel libro que su Liam deseaba leer con muchas ansias y como buen novio Sherlock lo conseguiría para él. Se sintió bastante frustrado al pasar sus ojos por los títulos sin encontrar el que buscaba en específico.
-Agh esto es tan difícil pero Liam lo vale.- mientras se desplazaba mucho mas al interior de la tienda
Iba a seguir con su búsqueda sin ayuda cuando un hombre de cabellos esponjosos y blancos que llevaba unos redondos anteojos se le acerco sorprendiéndolo.
-Mi nombre es Phil y trabajo aquí ¿puedo ayudarlo?-dijo mientras lo miraba como aquel que sabe mucho más, cosa que molesto a Sherlock pero acepto su ayuda.
-Estoy buscando "El tostador de la sala de espera" ¿ lo tendrán por casualidad?
-Déjame hacer memoria ¡Sí! Nos llego en libros usados- entonces observo la expresión disgustada de Sherlock- no, no, no, ¡está en perfecto estado! Además está firmado por el autor así que es especialmente raro ¿ le interesa, sir?
-¿Podría echarle un vistazo?- dijo el estudiante de química
-venga por aquí.
Entonces mientras buscaba el libro el hombre le empezó a hacer conversación y era tan habilidoso que termino por sacarle algo de información a Sherlock.
-Ya veo, tu novio tiene una mente exquisita debe ser un individuo fascinante, seria agradable conversar con él
-¡Hey!- se quejo ya que no le agradaba que alguien mostrara tanto interés en el rubio.
-Jajaja los jóvenes de hoy en día ¡Aquí está! Como lo prometí- mientras le entregaba el ejemplar.
Sherlock le echo una ojeada asombrándose de que a pesar de que se veía bastante antiguo se encontraba en perfecto estado. La tapa dura de cuero y las letras doradas le daban una imagen elegante que seguramente le encantaría a su novio y efectivamente tenia la firma del autor con una pequeña inscripción la cual decía: para aquel que se sumerge en la lectura de un mundo caótico y a la vez cruelmente hermoso.
-Si, a Liam le encantara. Muchas gracias señor. ¿Cuánto es?
Entonces el hombre le señalo el precio y le dio una pequeña rebaja pues le cayo en gracia que se hubiera pasado toda una mañana intentando conseguir este libro para una mente tan interesante como la de ese William.
Sherlock abandono la tienda con el libro envuelto cuidadosamente en papel y atado con una bella cinta. Cuando llegó a su departamento llamo a su Liam para avisarle que le tenia una sorpresa, este curiosamente le pregunto de que se trataba y el estudiante de química solo le dijo que era algo muy especial. Una vez el rubio estuvo en la casa de su novio y después de darle un pequeño beso para saludarlo sus ojos se enfocaron en el paquete que se encontraba en la mesa.
-Es para ti, Liam. Ábrelo- dijo mientras lo observaba con cariño y emoción a partes iguales.
-¿Okay? – dijo bastante divertido tomándolo y empezando a desenvolverlo, entonces sus ojos se abrieron enormemente y resplandecieron con cariño- Sherly no tenías que molestarte, pero muchas gracias.
-me alegra que estés feliz- dijo complacido
-¿Puedo hacer algo por ti?
-Bueno un pequeño espectáculo estaría bien... ¡Espera Liam!- exclamó nerviosamente y con el rostro completamente sonrojado mientras lo veía empezar a quitarse la corbata.
-No me molestaría hacerlo- mientras detenía sus movimientos y miraba de manera divertida a su Sherly.
-Pero Liam...- dijo mientras lo miraba anhelante aunque un poco culpable ya que solo fue a buscar ese libro para complacer a su querido novio no porque esperara una retribución, lo anterior solo había sido dicho en tono de broma.
-Darling deja que te agradezca ¿ esta bien?- mientras le guiñaba un ojo y lo empujaba para que se sentara en una de las sillas.
-Sí, Liam- dijo obedientemente mientras tragaba saliva al ver como el rubio se empezaba a deshacer de sus prendas suavemente y con movimientos sumamente sensuales tanto que sintió la urgente necesidad de tomarlo entre sus brazos, pero William movió un dedo prohibiéndole que se acercara.
-Sin tocar, Sherly~ - dijo maliciosamente mientras deslizaba su camisa dejando que cayera al suelo.
-Liam- dijo completamente extasiado y un poco frustrado al ver la piel expuesta del otro sin poder tocarla. Su rostro estaba completamente sonrojado mientras sus ojos brillaban con deseo y lujuria pensando en todas las cosas que harían cuando el rubio estuviera completamente desnudo.
Sí, definitivamente agradecía a quien fuese por tener el privilegio de poder tener consigo a su novio y pensando que realmente había hecho algo muy bueno para tener a su Liam exponiéndose tan dulcemente para él y solamente él.
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Entre libros de química y matemáticas
FanfictionEstudiantes de universidad AU. Sherlock es un estudiante de química y farmacia que se encuentra muy sumergido en sus actividades científicas, por lo cual su amigo John le propone que participe en una búsqueda organizada por los estudiantes de medi...