Primavera

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Las cosas estaban un poco subidas de tono dentro del baño del departamento de matemáticas pues Sherlock tenía a William acorralado contra la puerta mientras lo besaba con deseo e ímpetu, además de que sus manos recorrían con ansias la piel de este debajo de su camisa. El rubio tenía sus manos aferrándose a la espalda de su novio mientras dejaba escapar encantadores sonidos pues el estudiante de química le brindaba las atenciones más que suficientes para convertirlo en un completo desastre, no es que se quejara.

Tal vez se le paso la mano en eso de provocarlo pues este en un impulso los encerró a ambos en el baño que ocupaba el profesor Worth quien ya se había ido a casa y tres docentes más, los que por casualidad tampoco estaban ese día en la universidad. William después de decir unas cuantas líneas incitantes solo por diversión pues adoraba ver como su Sherly perdía los estribos, dejo escapar por error la información de que los profesores de su departamento no estaban el día de hoy y Sherlock usando su inteligencia, para fines inadecuados un vez más, dedujo que no serían molestados en el baño que utilizaban estos.

Estaban a comienzos de primavera y tal vez por el clima más cálido sus hormonas estaban completamente revolucionadas, los árboles del campus estaban en plena floración después de un invierno duro y lo mismo sucedía con el par de jóvenes enamorados, queriendo mucho más contacto físico. Los besos y mimos eran abundantes entre ambos, pero los dos se descubrieron deseando muchas más caricias intimas. Después de que conversaron más profundamente el vínculo que tenían se volvió más fuerte y la confianza aumento, tanto que fueron capaces de ser más abiertos con lo que querían. Sherlock le manifestó a su Liam que quería ir más allá y sostenerlo de una manera mucho más intensa aunque no lo forzaría a nada.

El rubio estaba sorprendido de que el otro fuera tan directo, pero no se negó ya que a pesar de que no tuviera experiencia en ese campo quería unirse de aquella forma con su Sherly. En los cuentos de hadas y obras de teatro que tanto le gustaban, había toda clase de formas de unirse con la persona que amas ya sea con besos, juntar las partes de un amuleto o incluso haciendo el amor. Eso último antes de conocer a Sherlock nunca le había interesado, pero este lo hacía suspirar enamoradamente cuando lo besaba y acariciaba que le hizo pensar que entregarse de aquella manera no sería tan malo.

Volviendo a la situación actual Sherlock se encontraba mordisqueando con algo más de fiereza el cuello de William pues ya estaba perdiendo el control y la idea de tomar a su Liam allí mismo estaba tomando fuerza en su mente.

-Diablos, Liam mira lo que me haces. Me provocas tanto que me veo obligado a hacerte estas cosas en un lugar así- mientras lamia el cuello de este hasta llegar a su mentón.

-¿Me está culpando señor estudiante de química?- dijo este con una sonrisa maliciosa que contrastaba perfectamente con el sonrojo en sus mejillas y su respiración agitada, además de que su traje estaba completamente desarreglado, su corbata suelta y su camisa desabotonada.

-Usted no es inocente, profesor Moriarty. Sus ojos me miran con deseo también, no intente negar que observaba mis labios muy atentamente hace un rato- había algo enloquecedor cuando le hablaba de aquella manera tan formal, lo que era parte del juego en que ambos participaban.

-¿es así? Yo no recuerdo haber hecho eso y..¡Ah!- gimió cuando su novio le dio un apretón a su miembro por sobre la tela.

-No te preocupes, me encargare de que seas consciente de cómo me miras.

-Inténtalo- mientras lo miraba con desafío, pues sabía que eso llevaba al límite a su Sherly quien era una persona muy competitiva cuando ante él se presentaba un reto de su interés.

-No me culpes por lo que vaya a suceder- a la vez que decía lo acercaba más a sí mismo y se deshacía del saco del rubio dejándolo descuidadamente encima del lavamanos.

Entre libros de química y matemáticasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora