Famosos

1.6K 239 85
                                    

Compartir aquella tarta fue tan solo el inicio de su curiosa relación en la que de vez en cuando salían a comer algo o Sherlock se aparecía en el edificio que correspondía al departamento de matemáticas. Había ocasiones en las que compartían un cigarrillo debido a que ambos tenían que lidiar con ciertos aspectos un poco agobiantes de sus carreras como los exámenes, presentaciones y otras cosas propias de la vida universitaria, aunque era innegable que las disfrutaban mucho también era cierto que conllevaban muchas responsabilidades. Así que de alguna manera se convirtieron en un elemento desestresante en la vida del otro, siempre esperando poder reunirse de nuevo ya que la compañía del otro les era en extremo grata.

Para ser sinceros se sorprendieron al encontrar en el otro a un igual, alguien que podía seguirles el ritmo de su ajetreada vida mental. Ambos eran muy inteligentes e incluso famosos a lo largo de toda la universidad, sin embargo no supieron de la existencia del otro hasta que se conocieron hace menos de dos meses. William había escuchado acerca de un genio que estudiaba en la facultad de ciencias pero no se había interesado en saber más allá, lo mismo ocurrió con Sherlock que sabía que había un profesor muy joven haciendo clases en alguna facultad, pero como aquello no tenía que ver con la química no le dio mayor importancia.

-Al fin encontré a alguien con quien puedo hablar en iguales condiciones- era el pensamiento de ambos ya que era la primera vez que se sentían tan cómodos en la presencia de alguien a pesar de que se conocían desde hace muy poco tiempo.

Hasta el momento eran conscientes de que había una considerable atracción mental y eso hacía que a veces tuvieran el pensamiento de que sería agradable que sus mentes se unieran en una sola. Ya que de esa manera podrían saber exactamente como el otro veía el mundo.

Sherlock a lo largo de sus conversaciones le había preguntado a su compañero acerca de porque escogió la carrera de matemáticas si eran tan habilidoso en múltiples áreas. Ambos se encontraban tomando un té en la cafetería de maestros del edificio de matemáticas pues aquellas eran las ventajas de ser ayudante de cátedra.

-Bueno, me gustan mucho los números y en un futuro quiero dedicarme a enseñar matemáticas a los niños, además de realizar investigaciones que puedan ser útiles para hacer del mundo un lugar mejor.

-¡Liam eres tan noble!- dijo Sherlock conmovido mientras despeinaba los cabellos del rubio como se había vuelto su costumbre, este con delicadeza aparto su mano, pues a pesar de que se llevaban bastante bien aquellas muestras de afecto estaban fuera de cuestión.

-Sabes que no me gusta que hagas eso- mientras imponía una especie de barrera invisible ya que no le había dado ese nivel de confianza todavía.

-Lo siento no me puedo resistir ya que tu pelo es tan suave como una nube, es una verdad innegable- mientras levantaba su dedo índice como si estuviera diciendo una de las leyes fundamentales de la química

-Solo tú serías tan osado, mis alumnos apenas son capaces de sostener mi mirada ¿Soy tan aterrador?

-No, claro que no, yo diría que eres lindo pero sobre todo arrebatadoramente sexy.

-Sherlock, ahí vas de nuevo- mientras negaba con su cabeza con diversión mientras tomaba un sorbo de su taza de té.

-Es la verdad, estoy seguro de que eres el crush de la mayoría de los alumnos de tus clases.

-¿Es así?- haciéndose el desentendido ya que no era un tonto y sabía como lo miraban los demás, ya que desde que era joven siempre había recibido esa clase de miradas debido a su buena apariencia. Además como hijo adoptivo de los Moriarty siempre tuvo que estar consciente de la opinión de los demás para no darles material con el que lo juzgarían a sus espaldas, pues en realidad eran demasiado cobardes para enfrentarse a él directamente.

-¿Cómo no enamorarse de ti si eres tan hermoso?

-Me das demasiado merito- mientras que sostenía con mas fuerza de la necesaria su taza pues por alguna razón era débil ante los halagos de su compañero que estaba muy cerca de ser considerado su amigo, para alejar ese pensamiento decidió cambiar de tema.- ¿Por qué decidiste estudiar química y farmacia?

-¡Me gusta experimentar con toda clase de sustancias!

-Eso suena muy mal- dijo William mientras dejaba escapar una risita

-No en ese sentido, eso ya lo dejé- le aclaro- La reacciones químicas son muy atrayentes

-Sí, he sabido que has hecho explotar el laboratorio en un par de ocasiones- sin dejar de brindarle su melodiosa risa a su compañero quien hizo un puchero.

-¡Liam no es gracioso!

-Al menos no te han prohibido la entrada

-Es que soy su mejor estudiante- dijo con arrogancia.

-De eso no queda duda- mientras le daba un sorbo a su taza de té tranquilamente, sabiendo que sus palabras solo aumentaban el ego de su compañero quien recibió complacido el elogio.

Siguieron conversando hasta que ambos tuvieron que ir a sus respectivas cátedras, pero prometieron encontrarse de nuevo cuando tuvieran la más mínima oportunidad.

Entre libros de química y matemáticasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora