Día de cita parte 2

343 46 41
                                    

Entonces esta vez fue Sherlock quien guio al otro hasta la estación de metro mas cercana donde se subieron corriendo al vagón pues este casi se iba. Lograron abordar entre risas pues realmente no era necesario que hicieran eso pudiendo esperar el siguiente.

-Estás loco, Sherlock Holmes- dijo William con la respiración agitada y el corazón acelerado.

-Una locura de vez en cuando es completamente necesaria- mientras se reía estruendosamente.

-¿Ya mencioné que te amo?- dijo el rubio usando las mismas palabras del otro.

Entonces se dieron un pequeño beso mientras eran mirados con extrañeza por los demás pasajeros del metro quienes pensaban que los dos habían perdido la razón absolutamente. Las personas que no los conocían lo suficiente nunca podrían haberse imaginado que el intimidante farmacéutico y el respetable profesor de matemáticas realmente parecían un par de adolescentes haciendo tonterías como aquellas. El amor joven es algo demasiado maravilloso y esos dos estaban disfrutando mucho de aquello. Además de ser amantes ambos eran el cómplice del otro entendiéndose demasiado bien y complementándose de manera perfecta como dos piezas de puzle similares a las que tenían como llaveros.

Luego de algunas estaciones se bajaron en la estación Tottenham Court Road para después caminar y William ya sabía a donde se dirigían pero decidió guardar silencio pues Sherlock se veía bastante emocionado. El rubio no sabía que pretendía el otro con llevarlo allí, pero le hacía mucha ilusión pues le encantaba ese lugar. Una vez estuvieron ante el imponente edificio el farmacéutico le explico el motivo de su visita.

-El museo británico está lleno de cosas interesantes y como a ti te encanta coleccionar un montón de datos en esa linda cabeza tuya, pensé que te gustaría tener una cita aquí y hablarme sobre reliquias de hace muchos años, yo estaré encantado de escucharte.

Entonces William tomo las solapas del abrigo de Sherlock para plantar un beso sobre los labios de este quien lo miro sorprendido, pero no demoro en corresponder el contacto y profundizarlo colocando sus manos en la cintura de su novio para acercarlo más. Después de que acabaron de besarse William lo miro con ojos brillantes.

-Me encargare de darte un buen tour Darling- a la vez que tomaba la mano del otro para jalarlo hasta la entrada.

-A Liam realmente le encanta enseñar y también presumir, diablos lo amo tanto- pensaba Sherlock felizmente mientras era arrastrado por el otro.

Dentro del museo había muchas cosas interesante y el profesor de matemáticas sabía mucho acerca de todas ellas. Debido a que poseía una mente brillante desde que era pequeño se intereso en toda clase de materias entre ellas la historia, pero lo que realmente le apasionaba era todo lo que tenía que ver con números, formulas, geometría y demás contenido matemático. Sin embargo fácilmente pudo haberse dedico a estudiar antigüedades y documentos históricos pues las capacidades para ello no le faltaban.

Se detuvieron en una vitrina en particular en donde se mostraba un conjunto de piezas perteneciente al ajedrez de la Isla de Lewis. William le relato con lujo de detalles de donde provenían señalándole que fueron halladas en escocia en circunstancias no esclarecidas. Según lo que comentaba el rubio las figuras estaban talladas en su gran mayoría en marfil de morsa además de que es probable que vengan de países de Europa del norte justo en la baja edad media debido a la buena conexión política y cultural entre aquellos y gran bretaña.

-Sigue hablando Liam, tu voz es tan bonita- era lo que pensaba Sherlock mientras escuchaba al otro.

-.Realmente están muy bien hechas conservándose perfectamente hasta el día de hoy- completo su explicación William con ese aire erudito que su novio encontraba absolutamente sexy.

Entre libros de química y matemáticasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora