Viaje

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William miraba con cariño el anillo en su dedo mientras tomaba una taza de té y unas tostadas con mantequilla, sus mascotas estaban acostadas debajo de su silla pues sentían que debían acompañarlo. Ya que desde hace un poco menos de tres semanas Sherlock se encontraba de viaje en otro país, después de esa maravillosa propuesta en la que ambos intercambiaron anillos pensaron que podrían disfrutar juntos de los días siguientes mientras comenzaban a planear la boda, pero inesperadamente surgió una invitación para que algunos miembros de la farmacéutica fueran a una serie de congresos en Suiza acerca de los nuevos medicamentos que estaban desarrollando. Fue tan repentino cuando llamaron a Sherlock pidiéndole que asistiera pues el fármaco que había inventado estaba teniendo una muy buena recibida en el mercado revolucionado el tratamiento de la artritis reumatoide. El hombre de cabellos oscuros se vio bastante frustrado pues aquellas instancias no le agradaban tanto como estar en el laboratorio, además de que lo único que quería era estar con su encantador prometido.

-Liam, no quiero ir- mientras lo abrazaba en el aeropuerto la tarde de aquel lunes en que se fue- Ahora que vamos a casarnos deseo pasar todo el tiempo que pueda contigo.

-Darling, no es como si nos estuviéramos separando para siempre- dijo risueñamente William mientras acomodaba un mechón de su prometido detrás de la oreja de este- Te escribiré todos los días ¿Está bien?

-Yo te llamaré cada vez que pueda- mientras tomaba la mano del otro besando el anillo.

-Eres tan dulce pero concéntrate en tu trabajo ¿sí?- le advirtió cariñosamente.

-Sherlock debemos abordar- le grito uno de sus compañeros que estaba haciendo la fila para ingresar a la plataforma en la que estaban los aviones.

-Diablos- maldijo el farmacéutico mientras apretaba al otro entre sus brazos- ¿Un último beso?

-Jajaja está bien- mientras acercaba sus labios a los del otro en un suave roce.

-Necesito algo más intenso para sobrevivir este mes sin ti - a la vez que lo reclinaba besándolo más profundamente depositando en el contacto todos sus sentimientos y su anhelo de verlo cuando volviera de su viaje.

-Te voy a extrañar Sherly- dijo este con sus ojos llenos de amor cuando se separaron.

-Asegúrate de pensar en mí todos los días pues yo haré lo mismo, ¿Otro beso?- dijo mientras intentaba acercarse nuevamente a los labios de su prometido.

-¡Sherlock ya sé que recién te comprometiste, pero ya vámonos!- insistió otra vez su compañero de la farmacéutica bastante fastidiado.

-Matthew solo estás celoso porque tu novia termino contigo- dijo Sherlock con una sonrisa socarrona mientras abrazaba con más fuerza a su Liam.

-Darling creo que ya es momento de que vayas, no queremos que pierdas el avión ¿sí?- señalo con dulzura escabulléndose de los brazos del otro.

-Eso, hazle caso al profesor Moriarty- dijo el compañero de Sherlock sonriendo con burla bastante complacido de que el rubio fuera mucho más razonable.

-¡Te veré de nuevo en un mes, Liam! ¡Espera por mí!- mientras tomaba el rostro del otro entre sus manos para plantar un último beso en sus labios y se dirigió casi corriendo hacia la plataforma pues por el altavoz sonaba el último llamado para abordar el avión que lo llevaría a suiza.

-Nos vemos Sherly- pronuncio el profesor mientras lo veía alejarse y en sus ojos se veía lo mucho que ya lo estaba extrañando.

Ahora que estaba terminando su desayuno pensaba en que una vez que el otro regresara se besarían como corresponde pues realmente echaba de menos los labios de su prometido sobre los suyos. Además aunque se sentía un poco avergonzado acerca de ello incluso extrañaba las marcas del otro sobre su piel, pues las que tenía de su último encuentro ya se habían desvanecido casi por completo. Una vez que Sherlock se había enterado de que se tenía que ir por un mes se encargó de satisfacer a su pareja todo lo que pudo sosteniéndolo varias veces antes de su partida. Se aseguró de grabar su toque en William para que este deseara todavía más su regreso y vaya que lo logró pues el rubio cuando se distraía terminaba pensando en aquellas sesiones de amor apasionado.

Entre libros de química y matemáticasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora