Clase alta

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Eran mediados de abril y William iba muy contento admirando el brazalete que le había regalado Sherlock para su cumpleaños. Las piedras, que asemejaban el color escarlata de sus ojos, brillaban hermosamente y cada vez que las observaba su corazón se llenaba de calidez. También llevaba un recipiente con galletas que había hecho Louis y quería compartirlas con su novio así que se dirigía al laboratorio de este, pues además quería comentarle algo acerca de cierto asunto.

Después de su fiesta de cumpleaños su novio se había quedado en su cuarto y verlo usar uno de sus pijamas le causo un poco de gracia ya que de cierta manera se veía mucho más sofisticado de lo normal. El estudiante de química dijo que al rubio definitivamente le quedaban mejor y este le respondió que él se veía completamente encantador entre pequeñas risas cargadas de malicia. Las cosas habían marchado bastante bien desde ese entonces, además de vez en cuando terminaban en algunas situaciones subidas de tono pero cargadas del amor que sentían por el otro. Habían podido tener una o dos citas ya que sus obligaciones todavía eran bastantes, la graduación se acercaba velozmente y había tanto por hacer aún. Sus proyectos para terminar tanto su especialidad como posgrado en el caso de William estaban casi toralmente completos. Por otro lado los estudiantes del rubio le manifestaron que lo extrañarían cuando dejara la universidad.

Bill bastante nervioso le dijo que estaría triste ya que no tendría la oportunidad de verlo en las ayudantías y el profesor le dijo que podían mantenerse en contacto, además le señalo que si necesitaba ayuda con alguna materia no dudara en preguntarle.

Por otro lado el profesor Worth nuevamente le hizo saber a su ayudante que su apoyo durante todo este tiempo era profundamente agradecido, además manifestó que si tanto él como Sherlock necesitaban algo no dudaría en hacer todo lo posible por ayudarlos. También le señalo que nunca lo había visto tan feliz antes y podía asegurar que el joven Holmes tenía gran parte que ver en aquello. También expresó que adoraba ver el amor joven florecer y que parecía que ambos tenían la formula correcta para que este durara por muchos años hasta que ambos estuvieran dando su último suspiro.

Otra noticia importante fue que la boda de Mary y el doctor Watson tendría lugar a fines de mayo, Sherlock había estado acompañando a su amigo en los planes para su matrimonio, buscar un lugar para la ceremonia, conseguir el sacerdote y los anillos entre otros detalles necesarios para que el evento fuera absolutamente perfecto tal como se lo merecía la prometida del doctor. Aquella pareja se encontraba como internos en un hospital así que realmente agradecían la ayuda del estudiante de química pues el trabajo apenas les dejaba tiempo para poder dedicarse 100% a sus planes de boda.

Estaba justo en el piso en el que estaba el laboratorio y se asustó cuando presencio una pequeña explosión, sujeto firmemente el recipiente contra su pecho y se apresuró a abrir la puerta pues comenzaba a salir humo del interior.

-¡Sherly! ¿¡Estás bien!?- dijo completamente alarmado y el terror se reflejaba en sus ojos dejando el recipiente en una de las mesas. Se apresuro a ir en ayuda de su novio que yacía apoyado en una pared, no abría los ojos así que se acercó más y comenzó a mover los hombros del estudiante de química con un poco de desesperación pero se sorprendió cuando sus labios fueron besados repentinamente.

-Ahora estoy bien, Liam.- mientras le guiñaba un ojo y su cara estaba cubierta de hollín, su bata de laboratorio también estaba completamente sucia.

-Idiota , me asustaste- dijo con los ojos un poco llorosos y se acurruco en el pecho del otro.

-Lo siento, Liam- mientras depositaba suaves besos en los cabellos de rubio.

-Apuesto a que de nuevo estabas experimentando con químicos peligrosos, eres un descuidado Darling.- dijo William mirándolo con reproche.

-¿si yo no mezclaba esas dos sustancias, quien lo haría? ¿hmm?- mientras disfrutaba de la posición en la que estaban.

Entre libros de química y matemáticasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora